𝘛𝘩𝘦 𝘊𝘶𝘳𝘪𝘰𝘶𝘴 𝘉𝘢𝘣𝘺 ─ 𝙉𝙊𝙈𝙄𝙉

𝘥𝘰𝘯𝘨𝘩𝘺𝘶𝘤𝘬 𝘥𝘦𝘣𝘦 𝘴𝘢𝘣𝘦𝘳

Donghyuck había soportado por semanas las peleas de sus padres, o discusiones en medio de la cena, sabía que su matrimonio estaba en declive y ya nada iba a solucionarlo, un compromiso a causa de un embarazo joven, no iba a durar demasiado, cualquiera lo sabía.

Era consciente de cómo terminaría todo, pero cuando escuchó a sus padres mencionar a sus abogados y la palabra «divorcio», Donghyuck comprendía la gravedad de la situación y solo quería escapar de su casa, estar solo y olvidar que su familia se destruía cada vez más, ¿acaso tendría que elegir con quién se iba a quedar?, ¿se separaría de su hermano menor?

No pensó dos veces antes de tomar su abrigo y salir de casa, lejos del huracán que había dentro de la misma, por suerte, su hermano menor estaba en casa de uno de sus compañeros. Corrió en dirección a la casa de Chenle, quizás él podría ser de consuelo en momentos así.

—¡Chenle! —golpeó la puerta con algo de fuerza.

Pasaron unos minutos, hasta que volvió a insistir tocando la puerta.

Esta se abrió, pero quien lo recibió fue Mark, vestido con su ropa casual, su cabello al natural, sin peinar y sus anteojos puestos, se veía mucho más joven.

—Hola, Donghyuck. Chenle no está en casa, creo que salió con Jisung —habló el mayor, con la amabilidad con la que siempre solía hacerlo.

El moreno todavía intentaba recobrar el aliento, sus decaídos ojos observaron el interior de la casa, como su por hacer aquello, su amigo aparecería mágicamente de algún lado, pero sabía que Mark no le mentiría.

—Yo... necesitaba hablar con él —su voz se apagó un poco y su garganta comenzaba a cerrarse.

La mirada del señor Lee, se tornó en una de preocupación y su ceño se fruncía.

—¿Está todo bien?

El moreno negó.

En ese momento, sus lágrimas comenzaron a caer sin previo aviso, humedeciendo sus mejillas, no quería llorar frente a Mark, pero la angustia que traía retenida en el pecho, buscaba escapar de alguna manera. Mark lo invitó a pasar, lo guio a la cocina, le tendió un pañuelo y le sirvió un vaso con agua, el menor se sentó en las sillas que estaban alrededor de la gran isla.

—¿Sucedió algo malo? —el mayor se aproximó un poco, tomando asiento en la silla consiguiente.

Donghyuck se tomó unos segundos para dejar salir las palabras, su garganta se cerraba y su pecho se oprimía.

—M-mis padres van a d-divorciarse...

El moreno no pudo ver la expresión del mayor, porque estaba con su cabeza gacha, tratando de que no viera su lamentable aspecto, secó sus lágrimas y sorbió su nariz, pero era inútil, su llanto solo incrementaba más y más.

—Tengo m-miedo de lo que pueda pasar —confesó en un hilo de voz, levantó su mirada, encontrándose con esos ojos cargados de preocupación y angustia—. A-además, siento que t-todo es por mi culpa.

—Donghyuck, no digas eso, no lo pienses —el mayor tocó su hombro.

—Ellos s-se casaron por mi culpa, a-arruiné sus vidas.

El menor se derrumbó allí mismo, soltando un desgarrador sollozo y encogiéndose en su lugar, cubrió su rostro con ambas manos y se desahogó. Para luego sentir como unos brazos lo rodeaban, una mano acariciaba su espalda y la otra su cabeza, la cual descansaba en el firme pecho ajeno, donde sentía su palpitante corazón, se aferró a Mark y dejó que todo su dolor saliera a través de su llanto.

—Un hijo nunca es un error, y no arruinan vidas, Donghyuck —habló con su voz serena—. Quizás, a veces, no lleguen en el momento correcto, o de la forma deseada, pero solo son personitas inocentes.