𝘭𝘰𝘴 𝘥𝘪𝘢𝘴 𝘴𝘪𝘯 𝘫𝘪𝘴𝘶𝘯𝘨

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—Claro, mamá, no hay ningún problema. Él está emocionado por ir —Jaemin trataba de tener a tiempo la cena, mientras hablaba por teléfono—. Yo le preparo sus cosas ahora y puedes venir mañana, a la hora que quieras.

—Papi —apareció el pequeño en la cocina.

—A esa hora está bien, él siempre se levanta temprano.

—¡Papi!

—Nos vemos mañana, mamá. Adiós —el rubio cortó la llamada y dejó de lado su teléfono—. ¿Qué sucede, cielo?

—Tengo hambre —Jaemin moría cada vez que su bebé le hacía pucheros.

—Mi niño precioso, ya casi está lista la comida, ¿sí? —se acercó al niño y lo estrechó entre sus brazos—. Dile a papá que ponga la mesa.

El niño asintió y salió en busca de su padre, quien trataba de armar el barco pirata de legos, pero todavía tenía una forma extraña. Jisung llegó hasta él y rio al ver a su padre con anteojos y tratando de encajar las piezas.

—Papi, la mesa —avisó.

—En un momento, creo que estoy terminando esto.

—¿Por qué a este muneco le falta su pielna? —señaló uno de los muñequitos con una pata de palo.

—Porque así son los piratas.

—Papi.

—¿Sí? —Jeno continuaba metido en lo suyo, no recordaba que armar esas cosas era tan complicado.

—La mesa —señaló.

—Está bien —Lee se rindió, si no ponía los trastes en la mesa, su chico se enojaría.

En menos de media hora, ya estaban los tres comiendo en el comedor. Tenían suerte de que Jisung adoraba los vegetales, por lo que la comida nunca era una batalla.

—Papi —llamó el niño, ganándose la atención de los dos mayores, eso le hizo reír—. Él.

Señaló a Jaemin.

—Cariño, puedes decirnos «papi Jae» o «papi Jen» —indicó el castaño.

—Está bien. Papi Jae, ¿si me colto una pielna seré un pirata?

—¿Qué?

—Papi Jen, dijo que así son los piratas —mencionó el niño por lo bajo.

—Puedes ser un pirata y tener tus dos piernas, Jisunggie.

—Pero no es divertido —se quejó.

—Mañana viene tu abuela Taeyeon a buscarte, te llevará a su casa —el niño cambió su expresión al oír aquello y festejó.

—¡Quielo ir con ella!

Al finalizar la cena, como todas las noches, Jaemin se encargó de llevar a Jisung a la cama y Jeno se encargó de los platos sucios. El rubio se ocupó de preparar el bolso de su hijo, se quedaría hasta el domingo en casa de su madre, pero aun así, debía mandarle ropa extra, porque siempre su madre le dejaba hacer travesuras y terminaba todo sucio.

...

—¿Y la abuela? —ya era la séptima vez que preguntaba lo mismo.

—Ya vendrá, amor. Termina primero tu desayuno.

—¿Cómo están los niños más lindos del planeta? —Jeno recién se levantaba, pero era sábado, así que se lo tenía permitido.

—Hola papi.

El castaño dejó un beso en la cabeza de su hijo y se acercó por un beso de su pareja.

—Hola papi —le susurró el rubio con una sonrisa ladina, tomándolo de las mejillas y besando sus labios.

—Uacala~ —exclamó el menor, tapando sus ojos, para no ver a sus padres besándose.

Los mayores rieron.

—Está bien, no más besos —anunció Jeno.

En ese momento, el timbre retumbó en toda la casa, Jisung salió disparado a la entrada, esa debía ser su abuela Taeyeon.

—¡Papi, la puelta!

—Iré yo —dijo Lee, antes de que su pareja se levantara.

El mayor caminó hasta la entrada, donde su hijo yacía impaciente, esperando a que abrieran la puerta, al hacerlo, su abuela fue recibida por los cálidos abrazos de Jisung.

—Hola Taeyeon.

—Hola, cariño, ¿cómo estás? —la mujer siempre fue muy cariñosa con Jeno, como si fuera su tercera madre, era obvio que Giselle estaba antes.

—Todo bien, adelante, pasa.

—Ahí viene Baekhyun —anunció la mujer, antes de ser arrastrada por su nieto al comedor.

Jeno suspiró al escuchar el nombre de su suegro. No se llevaban mal, tampoco muy bien, durante años, este siempre lo culpó de haberse robado a su pequeño niño, por lo que todavía era algo severo.

—Buenos días, Lee Jeno —saludó el hombre al llegar a la entrada.

—Buenos días, señor —el castaño le extendió la mano.

Con ese casto saludo, ambos ingresaron al comedor. Jisung corrió a los brazos de su abuelo al verlo, siendo seguido de Jaemin, quien era muy apegado a su padre.

—¿Quieren desayunar? —invitó Jaemin.

—No, gracias, cielo. La verdad es que tenemos muchas cosas planeadas para hacer con este pequeño —contestó la mujer.

Jisung saltaba de la alegría.

El rubio les entregó el bolso con las pertenencias de Jisung, se despidieron del niño, de sus padres, Baekhyun le clavó la vista de águila a Jeno, advirtiéndole por millonésima vez que cuidara a su bebé y luego se fueron.

—Oye, no escuché como me dijiste hace un momento —Lee abrazó al menor por detrás.

—Dije: «Hola, papi».

—¿Quieres que papi te lleve a la cama? Aprovechando que estamos solos —una sonrisa apareció en el rostro de Na.

Juntos subieron al cuarto emocionados, se tiraron a la cama y compartieron unos castos besos, y la cosa acabó allí, porque ambos terminaron profundamente dormidos, casi siempre era lo que hacían cuando se llevaban al pequeño Jisung.

𝘛𝘩𝘦 𝘊𝘶𝘳𝘪𝘰𝘶𝘴 𝘉𝘢𝘣𝘺 ─ 𝙉𝙊𝙈𝙄𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora