5.Un poco indecoroso

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Todo se vuelve borroso para mí.

Estoy perdiendo la conciencia sobre mí mismo, pero por las imágenes que logro entender son Seokjin sosteniéndome. Me analiza cuidadosamente como si no comprendiera lo que está pasando. Dicen que cuando entras en celo te vuelves más sensible a cada sensación; al tacto, olfato y gusto, porque si hay personas que disfrutan de probar los fluidos de su pareja. Algo asqueroso, pero supongo que en un momento como el celo dejan de importar las cosas de ese tipo, si es higiénico o no, es tu animal saliendo a tomar el control.

Y ahora siento como el olor a eucalipto de Seokjin, me pica en las fosas nasales, arde y me quiero restregar en él, más cuando puedo sentir sus dedos sobre mis mejillas sosteniéndome o más bien alejándome, su piel es tan suabe. En un intento que el trata de quitar sus manos de mi cara, las mantengo en el sitio apretándolas con mis manos e inevitablemente restriego mi cara en las palmas de sus manos. Si pudiera llegar a sus glándulas odoríferas de sus muñecas, podría obtener más de sus feromonas, al punto que me marque y por fin satisfacerme.

—Jungkook —dice, mi nombre suena tan bonito en su voz —. Detente

Trato de jalar hacia arriba las mangas del saco, solo un poco más y podré llegar a sus muñecas.

—¿Es una orden alfa? —inevitablemente mi voz se vuelve más airada, pues me estoy sofocando, el calor se centra en mi vientre, esparciéndose hacia mi parte baja.

—¿Estas en celo? —pregunta tan inocentemente, pero puedo notar como ha perdido esa expresión tan serena que siempre mantiene en su rostro, se está poniendo nervioso por mí.

—No lo sé, dímelo tu alfa —por fin logro descubrir sus muñecas y acerco más mi nariz, su aroma es tan claro, pero aun así se esconde su segundo olor —. Márcame alfa, quiero oler a ti.

Seokjin se queda quieto, si él es aún lo suficientemente consciente debería irse, pero las feromonas que mi omega se ha empeñado en expulsar le están afectando. Le pasaría a cualquier alfa, es muy difícil resistirse a las feromonas de un omega en celo, pero que le esté pasando justo a él, hace que me sienta orgulloso, quizás al final de cuentas si soy atractivo para él.

Con una sonrisa tonta tomo sus muñecas con fuerzas para exponer sus glándulas odoríferas y acercarlas a mis mejillas, Seokjin pone un poco de resistencia, pero aun así logro frotar sus glándulas en mi piel. Me exijo a mí mismo absorber todo lo posible, oportunidades como estas no surgen todos los días.

Su olor es embriagador, pero sé que si me restregara en su cuello quedaría completamente empapado de él. Sé que lo que estoy haciendo está mal, el problema es que no me puedo controlar y él no hace mucho por detenerme. Solo está ahí mirándome fijamente con esos lindos ojos, imperturbable. Sus gruesos labios están ligeramente separados como si estuviera aspirando aire por la boca. Quiero ir por ellos.

Me arriesgo y me acerco más a él, viendo directamente hacia su cuello, pero el da unos pasos hacia atrás, intenta forcejear contra mi agarre, pero me aferro a sus muñecas.

—Jungkook... por favor, no te quiero lastimar —suena suplicante.

—Entonces no te alejes alfa —tomo ventaja y me pego a su pecho tratando de alcanzar su cuello, estando tan cerca ahora es más evidente la diferencia de altura.

Me pongo de puntitas para que mi nariz logre rozar con la piel de su cuello, si el dejara de tratar de alejar su cuello de mí ya hubiera logrado mi objetivo. En otro momento más lucido, seguramente mi omega estaría llorando por el rechazo que me está dando el alfa, pero estoy tan caliente y necesitado que lo único que me podría calmar es que el alfa se dejara llevar por su instinto y dejara de pensar.

Un alfa antes del asteroide  |Jinkook|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora