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_____ Lebarde
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El jueves por la mañana después del desayuno Thomas ya estaba por salir de casa para su reunión con Robert y el resto de nuevos inversionistas. Yo estaba en el salón de música dándole mantenimiento al piano cuando él entró, miré hacia la puerta y él aún estaba batallando con ponerse el reloj que le había comprado.
—Ya me voy —me aviso mirándome de reojo—. Llegaré por la noche probablemente, debo hacerme cargo de otros asuntos hoy. ¿Estarás bien sola, muñeca?
—Claro que sí, galán —me acerqué a él y le acomodé el cuello de su camisa, ya era casi como un ritual antes que saliera—. Hoy vienen Susan y Carmina con su valuador así que estaré ocupada, no te preocupes.
Lo besé en los labios y él acarició mi barbilla un momento antes de asentir un par de veces con su cabeza.
—Está bien, Leandro estará en casa. Si necesitas ayuda con las negociaciones, le dices.
—No te preocupes, lo tengo todo bajo control —intenté que no se preocupara y lo acompañé hacia la salida de casa en donde James, Bobbi y Maximo ya lo esperaban—. Llámame si sucede algo. ¿A qué hora llegarás?
—A las once, trataré de llegar antes, ¿está bien?
—Bien. Buena suerte, Tommy.
Lo abracé y fui correspondida, me besó una última vez mi frente y fue hacia su coche al separarnos. Cuando el auto salió de la propiedad yo regresé al interior de casa. Volví al cuarto de música y seguí el mantenimiento del piano hasta que tocaron la puerta. Supuse que se trataba de Susan y Carmina así que fui hacia la entrada, cuando bajé las escaleras Dalia ya les había abierto.
— ¡Hola, linda! —Susan se acercó a mí.
Fue la primera en abrazarme, amaba a esa mujer que era tan efusiva cada que nos veíamos, fue imposible que no respondiera su abrazo.
—Hola, Susan. Bienvenidas. —Esta vez me acerqué a Carmina y estrechamos manos.
—Te presento a Edgar, él es mi valuador de confianza —Carmina presentó al hombre pelirrojo que venía con ellas—. Edgar, ella es _____ Holland, la chica de quien te hablé.
—Un gusto, señorita —me saludó el hombre estrechando nuestras manos igual—. La señora Carmina me habló de usted. Ciertamente estoy impaciente por ver los cuadros de los cuales habló mi clienta.
—Con mucho gusto, por aquí. ¿Gustan algo de tomar? —Pregunté en lo que los guiaba a la sala de música.
—Agua estaría muy bien. —Carmina pidió.
—Yo te acepto una soda, _____. —Susan mencionó también.
—Dalia, ¿puedes llevarnos las bebidas a la sala de música por favor? —Pedí a la mujer encargada en casa, ella inmediatamente afirmó con una ligera sonrisa yendo a la cocina.
Cuando los cuatro subimos, puse sobre la mesa los cuadros escogidos por Carmina para comprar, el valuador me hizo algunas preguntas sobre la técnica, las pinturas y el tiempo tardado en hacer cada cuadro. Dalia llegó con las bebidas minutos después y el hombre tardó algunos más haciendo las valoraciones correspondientes de las obras.
—Y a todo esto —fue lo primero que escuché cuando se atrevió a hablar—. ¿Cuánto cree usted que sea el precio adecuado?
—Cien dólares por cuadro. —Contesté e inmediatamente Susan volteó a verme, sentí que era un mal precio cuando la vi.
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𝓜𝓪𝓯𝓲𝓪 (+18)
FanfictionLos Lebarde, una de las familias más importantes e influyentes de Europa encargadas de la mafia están en apuros económicos. Se han visto obligados a pactar con los enemigos, la familia Holland para no caer en una crisis que acabaría con toda su fort...