𝓜𝓪𝓯𝓲𝓪 (+18)

𝓔𝓵 𝓭𝓮𝓼𝓪𝔂𝓾𝓷𝓸

〘 Thomas Holland 〙

—Así que te fuiste a dormir a otra habitación —hablaba Harrison mientras me seguía el ritmo de trote que yo llevaba en nuestra salida a correr de todos los días—, creí que ibas a aprovechar mejor tu noche de bodas.

— ¿Cómo iba a acostarme con ella? Ni siquiera nos conocemos —reclamé entonces yo esta vez trotando más rápido con el propósito de dejarlo atrás y le costara más alcanzarme.

—Claro, porque para acostarse con alguien necesariamente debes crear un vínculo cercano —me habló con sarcasmo siguiéndome con cierta dificultad—, vamos, tienes a una chica para ti en esa casa y no la aprovechas, si tú quisieras tu nuevo ejercicio desde ayer sería cardio.

—Ah, claro, porque yo sólo debía llegar con ella, subirme encima suyo y obligarla a tener sexo ¿No?

—Pues, si no había otra forma...

—Eso se llama violación, amigo —negué nuevamente trotando más rápido—, además ella dijo que nada de sexo.

— ¿Te tendrá en abstinencia?, ¿Hasta cuándo? ¡Oye, no corras, creí que sólo trotábamos! —me gritó al estar yo ya un medio metro más adelante que él.

—Ella sacó el tema, si no lo hubiera hecho créeme que yo habría hecho mi intento anoche —no respondí a su queja para obligarlo a ser él quien siguiera mi ritmo.

— ¿Por qué sacó el tema?

—Hablábamos de mis reglas para estar en casa y de la nada sacó que no tendríamos sexo, tuve que improvisar, le dije que ella sería la primera que iba a desear hacerlo conmigo.

— ¿Qué? —y Harry soltó una risa—, qué engreído.

—Eso dijo ella, después le dije que yo no había hablado primero del tema y quedó callada —solté una risa igual bajando nuevamente la velocidad por ver a Harrison falsear ya con la última vuelta por hacer.

— ¿Y te mantienes firme a que ella sea la primera en pedirlo?

—Claro que sí, ya me las ingeniaré para lograrlo, pero eso lleva tiempo.

—Me intrigan tus maneras pero no quiero preguntar —escuché a mi amigo.

—Sólo seré yo mismo, ella va a ceder eventualmente —fue mi respuesta.

—Claro, Tom, se me olvida que eres un rompecorazones —y lo vi poco a poco parar de trotar para doblarse y tomar sus rodillas tratando de recuperar el aliento—, paremos ahora, estoy agotado.

—Apenas vamos seis vueltas, ¿En serio ya te cansaste?

— ¿Seis? Nunca paso de la cuarta.

—Uy, nuevo récord en ese caso —solté una risa antes de ir con él a sentarnos.

—Pero me intriga mucho una cosa —volvió a insistir mi amigo—, ¿Qué pasó con Zendaya? Porque lo último que dijiste fue que no se tomó muy bien eso de la boda.

—Claro que no lo tomó a bien, imagínate que a Candace le dijeras que te vas a casar luego de tres años saliendo juntos.

—Vamos dos meses, Tom...

—Sí, pero en el hipotético caso que fueran tres años —insistí—, un día llegas a su casa y en vez de proponerle matrimonio te vayas a contarle que te casarás con otra mujer.

—Pero Zendaya sabe que tu matrimonio es sólo un arreglo al que llegaron tu padre y Lebarde...

—Sí, no le cayó en gracia ser "la otra" —dije obvio—, era claro que cuando le dijera eso me iba mandar al diablo.