𝓜𝓪𝓯𝓲𝓪 (+18)

𝓐𝓼𝓾𝓷𝓽𝓸𝓼 𝓯𝓪𝓶𝓲𝓵𝓲𝓪𝓻𝓮𝓼

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_____ Lebarde

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Para cuando pasó media hora de la partida de Tom y Hazza, tocaron el timbre de la puerta mientras yo estaba en mi habitación encargándome de darle de comer a Tessa. Supuse que se trataba de Paddy a lo que apenas dejé a Tessa de regreso en su cajita bajé para recibirlo.

Cuando estaba a mitad de las escaleras pude ver a Paddy ya en el lobby con Henrietta, apenas me miró se acercó al inicio de las escaleras.

— ¡Hola, Paddy! —Mencioné con una sonrisa de alegría en el rostro.

—Hola —él parecía algo tímido con una sonrisa apenas visible—. Lamento venir de la nada, es que con lo de anoche y su salida de casa...

—No te preocupes, nos alegra tenerte en casa, ¿verdad, Henrietta?

—Así es, hace mucho no lo veía por aquí, joven Paddy —mencionó Henrietta con una sonrisa cálida—. ¿Ya desayunó? ¿Quiere que le diga a Victoria que le prepare algo?

—No, no, nana. Gracias —mencionó Paddy—. Estoy bien.

—Ven, vamos a dejar tus cosas a la habitación de huéspedes y planeamos qué hacer.

— ¿Tom no está?

—Salió hace un rato, tiene mucho trabajo por hacer hoy.

—Es cierto, debe estar muy ocupado por el hecho que el jueves se van, ¿verdad?

—Sí, está lleno de juntas y negociaciones por hacer. Dijo que era probable que llegara antes de la cena.

Y ambos caminamos de nuevo hacia la planta alta de casa para ir al pasillo de las habitaciones.

—Sabía que Tom te había adaptado una habitación para practicar piano, ¿es verdad? —Preguntó mi pequeño cuñado cuando llegamos al cuarto y le abrí la puerta para que entrara primero.

— ¿Ah? Sí, está del otro lado del pasillo —mencioné recargada en la puerta—. ¿Quieres ir a verlo?

— ¿Puedo?

—Claro que sí, no deberías preguntar eso, Paddy.

Él terminó por dejar su mochila sobre la cama y de inmediato salimos en dirección a la habitación en donde estaba mi piano. Abrí la puerta y fui la primera en entrar mientras Paddy parecía observar todo a lujo de detalle como si de un crítico se tratara.

—Es grandioso, ¿lo has decorado tú?

—No, desde que llegué realmente no le he hecho nada a este lugar —admití mirando también por primera vez la habitación de paredes blancas casi relucientes—. Pero ahora que andas aquí, probablemente le podríamos dar un toque más "artístico".

— ¿Qué tienes en mente, _____? —Inmediatamente me volteó a ver con los ojos brillosos y estaba segura que también había pensado en lo mismo que yo.

—Las paredes están muy vacías, yo creo que les hace falta un poquito de color...

Y ambos esbozamos una sonrisa llena de complicidad con lo que estábamos a punto de hacer con esa alcoba.

—De acuerdo, acepto el reto. Traje mis pinceles.

—Traeré la pintura.

¡Esto iba a ser grandioso!

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Thomas Holland