Los Lebarde, una de las familias más importantes e influyentes de Europa encargadas de la mafia están en apuros económicos.
Se han visto obligados a pactar con los enemigos, la familia Holland para no caer en una crisis que acabaría con toda su fort...
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_____ Lebarde
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De regreso a casa no mencionamos una sola palabra en todo el camino, yo no tenía ganas de hablar con Thomas. Mi mirada estaba atenta al recorrido hecho por el auto mientras mi mano inconscientemente volvía una y otra vez a tocar mi cuello a pesar de intentar evadir el pensamiento de haber sentido a Ignacio asfixiarme momentos atrás, de nuevo mis ojos se llenaron de pequeñas lágrimas que me esforzaba por no dejar que se desbordaran por mis mejillas.
La mano de Tom quedó sobre mi muslo, de manera brusca hice que me soltara y giré mi torso del lado contrario adonde se encontraba él. Su respuesta fue soltar un suspiro antes de recargarse por completo en el respaldo del asiento.
—Oye, entiendo que estés molesta.
— ¿Ah, en serio?
—Sí, pero...
— ¡Porque no parece que lo entiendas en lo absoluto!
—No me levantes la voz, ¿de acuerdo?
—Oh, lo lamento, debo hablarte al oído y decirte que meterte en más problemas de los que ya tenemos es una excelente idea, ¿es eso? —Reclamé con sarcasmo, suficiente para que volteara a verme.
—Me voy a encargar del problema, ¿bien?
— ¡No, no está bien!
— ¿Cuál es tu problema?
— ¡Que todo lo malo que nos sucede es porque tú te empeñas en no dejar que las cosas queden en paz!
Tom detuvo el auto y volteó a mirarme con un semblante serio que me hizo tensarme, pero no me retracté.
— ¿Entiendes el concepto de mi trabajo?
— ¡¿Ser un completo idiota que se mete en problemas sin necesidad alguna? Ah sí, lo entiendo perfecto!
