Gracias por tomarse el tiempo de comentar, es lo más bonito que recibo al escribir♥️
Mariana
Antes de que la Policía Judicial viniera por mí, tomé la iniciativa y me dirigí a hacer la denuncia con las pruebas en mano hacia la Fiscalía, no podía perder tiempo y esperar a que Garza metiera una denuncia por difamación en mi contra.
Además, Nico dejó todos los documentos en mi escritorio, bajo una montaña de papeles que nadie movió.
No me molesté en averiguar como se las ingeniaba para meterse al periódico, así como lo hacia en mi casa. Se convertía en un fantasma y eso a veces me aterrorizaba, nunca lo veía venir. Él había estado bastante ausente toda la mañana y lo que restaba de la tarde, pero sabía que me observaba, o al menos su gente lo hacía.
Al salir del periódico tuve de nuevo esa sensación en los omoplatos, tan densa y pesada, así como escalofriante. No me brindaba mucha seguridad tener tantos ojos sobre mí, pero me convencía de que solo estaban ahí para cuidarme y que mientras eso fuera así, no tenía nada de que temer.
—Entonces, decidió que era prudente publicar una nota primero antes de hacer la denuncia —repitió por enésima vez el Fiscal a cargo.
—Una garantía, señor Morán —dije con suma tranquilidad, no me podía dar el lujo de titubear—. Si muero al salir de aquí, reforzará todavía más mi acusación.
Achicó la mirada detrás de esas gafas anchas y redondas, exhibiendo todavía más las arrugas que enmarcaban sus ojos.
—Bien. Se le dará seguimiento —miró una vez más las pruebes—, todo parece ser...
—No miento —interrumpí—, haga la investigación y le sugiero que emitan una orden de aprensión contra Garza cuanto antes, podría escapar del país —aconsejé, aunque era lo que menos me importaba, él no significaba nada para mí, solo cumplía una parte del trato.
—Se le asignará protección, una patrulla...
—No —lo detuve otra vez—, no los necesito.
—Incluso si Garza es inocente, usted ha puesto a uno de los carteles más sanguinarios del país en el ojo publico a nivel internacional. Le sugiero que acepte la ayuda.
—No se preocupe, cuento con protección. —Una sonrisa forzada apareció en sus labios, pero no eliminó la rigidez de su rostro.
—Debe de ser así, no cualquiera se atreve a tanto cuando conoce las consecuencias, al menos no en este país.
Asentí, entendiendo lo que quiso decirme. Me había llamado suicida, como lo hizo Julián, mi madre y todo el periódico, pero nada de eso importaba si podía llegar a mi objetivo.
Por el momento, Elías se mantenía en segundo plano gracias a esta sutil cortina de escándalo, sin embargo, se hallaba resguardado en Los Pinos, y las pocas ocasiones que se le vio en la calle, llevaba encima a toda la Guardia Nacional y El Ejército. Que fuera así me complacía, esa rata asquerosa temía, y es así como quería que siguiera, aunque no fuera directamente por mi causa, sino por las amenazas de Nicolás, me provocaba un infinito éxtasis.
Salí de las instalaciones sin ningún inconveniente, mientras me incorporaba al tráfico, mi celular timbró. Vi el nombre de Julián en la pantalla y eché abajo el cosquilleo en mi estómago. Era la primera vez en el día que me llamaba luego de la noche anterior y lo peor es que no le había dedicado ni uno solo de mis pensamientos. Resignada atendí.
—Hola —dije más brusca de lo que quería.
—Mariana —la tensión se palpaba a través de la línea—, quiero verte. Necesitamos hablar.
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Gris oscuro
General FictionPeligro es lo que significa el nombre de Nicolás Ferrer. Obsesión es lo que él siente por Mariana Alcázar, una periodista perseverante y decidida, a quien su ambición por ser reconocida en el país, la pone bajo la mira del Capo de la droga. Marian...