Capítulo 40: Una parte de mí en él.

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Holis, lamento tardar, de nuevo tuve días festivos😅espero disfruten el cap y muchísimas gracias por dejarme su voto y comentario🩶

Aclaración: Jafar y Darcy son de la trilogía Cautivos y está a la venta en Booknet. Sasha ya saben que es de la saga Azul y esa si la tienen disponible en wattpad. No necesitan leerlos para entender este libro🩶

Mariana

Mis ojos no dejaban de observar la gran Fortaleza que se alzaba majestuosa frente a mí.

Nunca esperé encontrarme en un sitio como este y en un país que no era el mío. La propiedad era gigantesca, con una estructura clásica, moderna y lujosa en una perfecta combinación. No era una experta en detalles arquitectónicos, pero apreciaba la imponente fachada de mármol, con jardines que parecían sacados de algún libro por lo belleza irreal que lucían; ventanales largos, terrazas, balcones y mucha seguridad.

La propiedad estaba rodeada por una enorme barda de concreto, había torres de seguridad en cada extremo, al menos los que alcancé a ver. Algunos guardias vigilaban desde ahí, otros más caminaban por encima de la barda, moviéndose de un lado a otro, todos armados. Y no solo contaba con esta seguridad, porque en el trayecto a la Fortaleza, tuvimos que pasar puestos de revisión, como si se tratara de un retén del ejército.

El poder de Jafar me dejó anonadada, liderar una organización de esta manera era impensable para mí. Sabía que algunas personas tenían un gran alcance con influencias y dinero, pero esto, esto simplemente era alucinante. En definitiva, sería casi imposible que el gobierno llegara a acabar con la corrupción, los jefes estaban muy fortalecidos.

Estar aquí se trataba de otro nivel para mí. Kioto me sorprendió, Mardan me había dejado alucinando.

—Con cuidado —murmuró Johan, tomándome de la cintura para ayudarme a caminar.

Podía andar sin su apoyo, pero no se lo dije. Me dolía la espalda al respirar, aún más que las dos costillas que volvieron a romperme, ya que los golpes que recibí fueron en su mayoría ahí. Tenía la espalda morada de tantos hematomas y fue casi un milagro que no me dañaran algún riñón u otro órgano. Cada vez que miraba el tatuaje en mi antebrazo, sabía que ella tenía mucho que ver en que todavía siguiera con vida.

—No creo que debas caminar —comentó Johan.

Dixon y Sasha se nos unieron al bajar de la camioneta en la que llegaron aquí, yo había preferido venir con Johan, porque le pedí que investigara sobre mi papá y Elías, no quería que nadie más supiera sobre eso.

—Puedo hacerlo —repliqué, sin mirar a Dixon, Sasha y el hombre que llegó a recibirnos cuando aterrizamos, creía recordar que se llamaba Hakim.

—Pero el bebé...

Johan calló, ya que Dixon se precipitó hacia mí y sin preguntar me elevó del suelo, cargándome entre sus brazos como si mi peso fuera algo insignificante; por reflejo, me agarré de su cuello, mirándolo mal. Me tomo desprevenida su acción.

—Ni siquiera digas una puta palabra —advirtió, pasó de largo de los demás y se encaminó deprisa hacia el interior de la Fortaleza.

—Créeme, no pensaba darte las gracias —sonreí de lado, mirándolo, él seguía con la vista al frente y su ceño fruncido—, si alguien se merece ese merito, es Holly, no tú.

Achicó los ojos, lanzándome una mirada envenenada que me causó gracia. De alguna manera el molestar a Dixon me ayudaba a no pensar en el mierdero que tendría que enfrentar cuando me encontrara sola.

Iba a romperme, me conocía lo suficiente para saberlo. Ahora mismo estaba hecha pedazos, sin embargo, aún quedaba una pequeña parte de mí en pie, la cual caería pronto.

Gris oscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora