The last witches: la cueva de los gritos

Capítulo tres: La esmeralda reikdawn

Vivian, Rose y Snowy no dijeron nada durante el camino a casa, ni siquiera Pilz hizo ruido alguno; una vez que el reino invernal se hacía presente con una bocanada de aire frio, las tres hermanas suspiraron.

—¿Realmente estarán bien? —preguntó Rose una vez que desembarcaron del reino invernal.

—Espero que sí —dijo Vivian —aunque lo más importante es que regresen.

—No les va a pasar nada —dijo Snowy intentando sonar optimista —espero.

—Bueno, no tenemos tiempo para pensar en eso —comentó Vivian, quien toma las manos de sus hermanas menores y se adentran al castillo del reino invernal.

—Oigan, ¿Dónde queda la tierra de los sueños? —preguntó Rose, sacando a Pilz de uno de sus bolsillos.

—No tiene ubicación especifica —respondieron Vivian y Snowy.

—¿Cómo es eso posible? —preguntó Rose, quien seguía sin comprender.

—La tierra de los sueños nunca se queda en un mismo lugar, esta cambia de lugar cada dos días, nunca sabes ¿Dónde terminarás? Una vez que salgas de ahí —dijo Snowy, Rose se sorprendió, nunca había oído de un lugar así.

De repente, alguien tocó la puerta, era Snowflake, ella se sorprendió de no ver a Mackenzie y April una vez dentro dijo que había venido de visita pues mañana habría una fuerte tormenta de polvo.

—Es la más fuerte en 25 años —dijo Snowflake, Snowy se sorprendió, a Vivian le empezó a doler el estómago.

—Entonces no hay tiempo que perder Vivian —dijo Rose —todavía estamos a tiempo de llegar al reino otoñal antes de la media noche.

—Espera ¿Vas a ir conmigo? —dijo Vivian, Rose se limitó a sonreír.

—Estoy de humor para acompañarte —dijo Rose, quien mira a Snowy.

—Bueno, ¿Y qué hay de ti Snowy? —dijo Rose, su hermana menor empezó a juguetear con su cabello.

—Podría... tal vez... ¿Quedarme? —. Comentó Snowy, algo temerosa —digo, al fin y al cabo no estarán mucho tiempo allá y puedo cuidarme sola hasta que lleguen.

—¿Tú que dices Vivian? —dijo Rose, mirando a su hermana mayor —¿Dejarla quedarse? O llevártela por la fuerza.

—Bueno, no lo sé... —comentó Vivian, Rose se quedó algo perpleja, pero no dijo nada.

—Por favor, no voy a causar problemas, si hago alguna tontería no volveré a preguntarte si me puedo quedar sola —dijo Snowy —déjame quedarme Viv ¿por favor?...

—Muy bien —dijo Vivian, quien sonríe a Snowy —solo espero y te des cuenta de lo que acabas de decir.

—Bueno Snowy, tan solo visita a Snowflake y regresa a casa —dijo Rose, —a menos de que seas tan valiente para meterte en problemas.

—Supongo que ya te vas dijo Snowy, mirando a Snowflake, quien salió por la puerta.

—S... sí —dijo Snowflake, algo preocupada, finalmente sale corriendo por la puerta, seguida por Vivian y Rose.

—Bien, parece que por fin estoy sola —dijo Snowy.

—Que bueno April, por cierto... estás más alta que la última vez —dijo Charles, que toma del hombro a Snowy.

—¿Voces del más allá? —dijo Snowy, que se da la vuelta para ver a Charles. El chico también se sorprendió, ambos pegaron un grito y se refugiaron en ambos costados del sofá. —¡Un pirata con enanismo!, ¡Un pirata con enanismo!