The last witches: la cueva de los gritos

Capítulo cuatro: El valle de la calma

April ríe desquiciadamente, mientras golpea al gloom tree con el hacha, su ojo estaba parpadeando demasiado, la llama azul del ojo de la hermana menor se intensificó aún más.

—¿Qué pasa?— dijo April, con una risa maniática en su rostro —puedo talar todos sus nidos en una noche, vengan e intenten detenerme.

—Veo que tienes el coraje para venir y hacer un gran escándalo, a pesar de eso... No parece que tu hermana vaya a soportar la tortura mental que le están haciendo mis hermanos — dijo el opaque, volteando a ver con sus ojos blancos a April.

—Mi hermana es fuerte y muy positiva, no caerá tan fácil —dijo April con gran seguridad.

—Todos tenemos secretos que queremos ocultar en lo más profundo de nuestra mente, incluso tu hermana tiene un secreto que no les ha querido contar ni a ti, la persona en la que más confía. —dijo el opaque.

—M... ¿Mackenzie? —dijo April, volteando con miedo a una respuesta afirmativa —¿Lo que dice es cierto?

Mackenzie tenía los ojos cerrados y se cubría los oídos, aun así, esta asintió, la hermana menor tenía una expresión de estar completamente impactada, el opaque tenía una mirada triunfadora, April volteo de nuevo hacia la criatura.

—No hemos terminado —dijo April con una expresión sombría y apuntado el hacha hacia los ojos del opaque.

—El aire está cambiando —dijo el opaque; —por tus rasgos puedo notar que provienes del reino invernal... tuvieron que quedarse jugando entre la nieve y el hielo, aunque bueno, supongo que están acostumbradas a los fuertes vientos.

—¿Fuertes vientos? —dijo April, que no comprendió a lo que se refería el opaque, hasta que cayó en la cuenta de lo que se trataba —No refieres a...

—April... la tormenta de polvo —dijo Mackenzie, que termina cayendo desmayada.

—Mis ojitos me pican —dijo April, la flama de su ojo desaparece y la hermana menor se empieza a tallar los ojos, ella volteó a ver a su hermana que estaba tirada en el suelo.

—Mackenzie, vamos, hay que salir de aquí —dijo April, mientras intentaba empujar a su hermana mayor para que despertase —. No me dejas de otra —dijo April con esfuerzo, quien saca su varita de su bolsillo y la apunta a su hermana.

El aire se hizo más fuerte, el aura deprimente del lugar pasó a uno mucho más tormentoso y desastroso, April no veía del todo bien con todo el polvo que llegaba a sus ojos así que guardó su varita, buscó en su mochila un trapo que había traído de casa, junto a su termo de agua para mojar el trapo y ponérselo como si fuera un cubreboca, había aprendido ese truco hace unos meses, mientras Snowy hablaba de métodos de supervivencia en casos de incendio.

—Ahora sí —dijo April, quien vuelve a sacar su varita y apunta a Mackenzie —le...vitáte.

Mackenzie empezó a levitar a unos centímetros de suelo, April estaba sorprendida por lo bien que le había salido el hechizo, ella volvió junto a su hermana menor al sendero, intentando caminar lo más que podía, con su varita en mano, apuntando a su hermana mayor para que no cayera al suelo.

—Cada vez me cuesta más avanzar... no veo la salida cerca —dijo April, quien tose un poco —es como si este bosque fuese infinito.

April siguió, cada vez con más esfuerzo, luego de varios minutos aferrándose a lo que podía para evitar ser arrastrada por los fuertes vientos, pudo ver la salida frente a ella, estaban a nada de llegar; entonces una fuerte ráfaga de viento se hizo presente, April intentó seguir avanzando pero ya no le quedaban fuerzas para seguir, ella salió volando, Mackenzie cayó sobre el sendero. Por su parte, la hermana menor acabó estrellándose frente a un gloom tree, cayó bajo las ramas de este, totalmente exhausta, la cabeza le daba vueltas y el trapo estaba totalmente seco.

—L... lo siento... Mackenzie —dijo April, con algo de tristeza, mientras el viento soplaba con más fuerza —lamento no haber podido llegar más lejos... no puedo seguir más.

April se quedó dormida después de eso, despertó de golpe al ver aquella pesadilla que la atormentaba en el pasado, la hermana menor estaba muy aterrada por lo que le fuese a pasar a ella y a su hermana mayor, finalmente, ocultó su rostro con su sombrero.

Al poco tiempo, sintió como una mano la agarraba del brazo y se la llevaba. Aquella mano no tenía calor corporal, además de ser de un fuertísimo color negro, cuando volteó a ver a ¿Quién era? no lo podía creer.

Salieron del bosque y llegaron a una pradera completamente plana, el césped se movía a la par con el viento, Rick depositó en el suelo a April, esta tomó la mano del obscure y procedió a darle un abrazo.

—Rick —dijo April, casi al punto del llanto —¿Dónde está Snowy?

—Ella se encuentra bien, en cuanto vi que estaban en problemas mediante mi reloj vigilante no dudé en venir a rescatarlas —dijo Rick, quien nota el asombro de April —te lo explicaré todo una vez que regrese con tu hermana.

Rick volvió a internarse en el bosque, el panorama era más borroso que antes, el obscure esquivaba con gran agilidad todos los objetos que salían desprendidos por los vientos de la tormenta de polvo, incluso el hacha que April había utilizado para talar al gloom tree salió volando hacia Rick, quien apenas y la vio venir para quitarse. Cuando llegó con Mackenzie, este la cargó en sus hombros y empezó a correr hacia la salida del bosque, intentando proteger el cuerpo de la niña en todo momento.

April ya los esperaba fuera, se sintió aliviada de ver a su hermana sin ningún tipo de rasguño, Rick se quitó el sudor de la frente y sin darse cuenta, April fue a abrazarle otra vez, esta vez estaba llorando.

—Gracias por sacarnos de allí —dijo April quien lloraba a moco tendido estando de rodillas.

—No es nada pero... ¿A caso no te debo explicaciones? —dijo Rick en un tono calmado, April asintió afirmativamente mientras se limpiaba las lágrimas. —La verdad es que... yo conocí a su madre cuando aún era una sombra.

—¿Cómo es que conociste a nuestra madre? —preguntó April con curiosidad y emoción.

Rick le contó una historia verdaderamente larga a la hermana menor, en esta le contó todo sobre la relación que tenía el con Esther y como llegaron a ser buenos amigos, así como la existencia de los relojes vigilantes.

—Si tú y mi mamá salieron por un tiempo, ¿Tú enamoraste a mi mamá? —preguntó April, con cierto interés; Rick parecía haberse sonrojado un poco con aquella pregunta.

—Eh... no, nunca tuve ese tipo de afecto —dijo Rick, con algo de vergüenza —En fin, el año pasado recibieron una carta de su madre en navidad, ¿No?

—Sí, esa noche me apuñalaron —dijo April, recordando aquel día que leyeron esa carta.

—Bueno, yo fui quien resguardó esa carta para luego enviárselas —comentó Rick —en mis múltiples viajes encontré otra de esas cartas, y pensé que por fin era tiempo de conocerlas... pero una vez que la encontré no tuve tiempo de entregárselas ayer así que decidí que se las entregaría hoy, así que aquí tienes.

—Gracias —dijo April, quien voltea a ver a su hermana —y supongo que te agradezco por parte de Mackenzie también.

—Bueno, debo de regresar con Snowy, dale saludos a tu hermana de mi parte —dijo Rick quien se percata de que está oscureciendo, así que saca un pequeño saco de cuero de su paliacate, acto seguido, se lo arroja a April a la cara.

—¿Eso era arena del... sueño? —dijo April, quien finalmente cae dormida.

—Eso fue sencillo —dijo Rick, quien se levanta —Bueno... hora de ir con Snowy, estoy seguro de que está preocupada de que no haya regresado.