Capítulo cinco: Aventura en el reino otoñal

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-No está nada mal -comentó Vivian, quien nota que Rose se relajaba en su asiento.

-¿Cuál es el siguiente paso? -dijo Rose, mientras le da un poco de su bebida a Pilz.

-No lo sé, el lugar se ve muy vacío -dijo Vivian, mirando alrededor, no había mucha gente en el lugar fuera de cuatro personas.

-Te recuerdo que estamos en verano, en el reino otoñal es temporada baja en turismo -dijo Rose, mientras acostaba a Pilz. De repente, un hombre con un traje rojo llegó con ambas hermanas.

-¿Qué hay? - dijo Rose, saludando al tipo del traje, este les dice que la mayoría de los turistas se encontraban en la parte de abajo del bar.

-Bueno, supongo que podemos echar un vistazo -dijo Vivian, Rose la siguió.

La parte de abajo estaba mucho más animada, gente apostaba grandes sumas de dinero, Rose intentó entrar, pero Vivian se lo impidió, en las esquinas del bar había gente fumando, ambas hermanas se les había enseñado en el orfanato que fumar era pecado, así que se alejaron rápidamente de ahí.

Al final se sentaron al lado de una chica de cabello negro, de piel pálida y con un rostro demacrado, mientras leía un libro sobre criaturas mágicas, parecía el tipo de persona que está obsesionada con algo de forma enfermiza.

-¿Por qué no se sentaron en otra mesa? -preguntó la chica, Vivian y Rose se sintieron algo incómoda ya que no sabían que decir.

-El olor a cigarro no es uno muy agradable -dijo Rose, la chica no pareció muy interesada en ambas.

-Ah, solo era eso... bueno, no me molesta compartir la mesa -dijo la chica, quien parece muy interesada en lo que estaba leyendo.

-Criaturas mágicas ¿Eh? -dijo Vivian; Leyendo el título del libro, la chica entonces pareció poner interés en ellas.

-Parecen ser extranjeras -comentó la chica al ver a ambas -por sus rasgos puedo adivinar que son del reino invernal y su linaje es puro.

-No... no es así... bueno, digamos que fuimos concebidas con un hechizo de embarazo. -explicó Vivian, la chica cambió su expresión de desinterés a una de sorpresa.

-Esperen... ¿Ustedes son las hijas de Esther Wilde? -dijo la chica, con emoción.

-Eh... sí -dijeron ambas hermanas con confusión.

-¿Por qué tan inseguras de su respuesta? -comentó.

-No, no es nada, simplemente es un poco... incómodo -dijo Vivian, Rose asiente sin decir nada.

-Me llamo Genovive -dijo la chica, estrechando la mano de ambas. - pertenezco al club de criaturas mágicas de mi escuela.

-Si... nos percatamos de eso -comentó Rose -pero ¿Por qué estás aquí?

-Vine a recuperar algo que perdí hace mucho, pero necesitaba descansar un poco antes de continuar. -dijo Genovive, ambas hermanas se quedaron confundidas.

-Oye, dijiste que eras una erudita en criaturas mágicas ¿No? -dijo Vivian, Genovive asiente. -¿Podrías decirnos lo que sabes de las sirenas invernales?

-Aún no, lo siento, no me dejan salir más allá del reino otoñal como para recabar mucha información de esa criatura -comentó Genovive, ambas hermanas se decepcionaron -.Pero no se preocupen, no está todo perdido, aún hay una forma.

-¿Ah sí? -dijo Rose, Pilz empieza a juguetear dentro de su bolsillo -¿Cuál?

-Tal vez no lo sepan, pero esta taberna, además de los niveles uno y dos tiene una habitación sereta -dijo Genovive.

The last witches: la cueva de los gritos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora