Capítulo ocho: El reino de los hongos

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—Vaya, la pelea contra los Schweiber lo dejó muy cansado —dijo Vivian, Rose asintió mientras abría un paquete de chicles.

—Estos días abusé de las píldoras con las que hacía que cambiara de tamaño, por lo que puede que tenga un poco de culpa —dijo Rose, mientras empezó a masticar un poco de chicle.

—Entonces mejor compremos cosas para comer porque algo me dice que el viaje que nos espera será largo —dijo Vivian, mientras buscaba en sus bolsillos algunos "leafs" (moneda del reino otoñal) para comprar comida para su travesía.

Pero algo empezó a retumbar en la mente de la hermana mayor, la frase que Barry le dijo antes de salir, "cuida bien de tu hermana" ella empezó a dudar si realmente cuidaba bien de sus hermanas menores.

Poco pudo pensar en aquello, pues tenían cosas más importantes por hacer y su principal prioridad ahora mismo era la comida. Los puestos de comida del reino de los hongos, los cuales eran apenas más pequeños que Rose y que por suerte servían comida normal, una vez bien abastecidas, recogieron a Pilz y ambas hermanas se dirigieron a la parte de atrás del reino donde; tal y como les había dicho Barry, habían botes aparcados.

—No te preocupes Viv —. Dijo Rose, quien toma las bolsas en las que cargaban la comida —yo subiré la comida por ti ya que tú remarás y no quiero que te canses.

—Está bien... —dijo Vivian, intentando contener su enfado de tener que remar por el simple hecho de ser la hermana mayor, pero en cierta medida tampoco le molestaba.

Una vez en la embarcación, Vivian usaría su hechizo de remolino para mover el barco más rápido y que el remar no fuese tan cansado, una vez recorrido un buen tramo, Pilz estaba despierto y lleno de júbilo; el ruido de algunos insectos se podía escuchar a lo lejos.

—Oye Rose —dijo Vivian, viendo a su hermana menor con un poco de preocupación y pena —tu... ¿Crees que soy una buena hermana mayor?

—¿Por qué la pregunta? —preguntó Rose, mientras alimentaba a su mascota.

—Solo se me vino a la mente y quería preguntarte para saber tu opinión —. Aclaró Vivian, Rose se quedó meditándolo un segundo, finalmente se decidió a hablar.

—No lo sé —dijo Rose, esta respuesta sorprendió un poco a la hermana mayor —supongo que depende que como lo veas tú, puedes ser buena o mala.

—Vaya no me esperaba esa respuesta si te soy franca —dijo Vivian quien miraba como Rose le dio una pequeña sonrisa para que no sintiera tan mal.

—No te preocupes Viv, para mí tu eres una buena hermana mayor —dijo Rose, quien saca algo de las bolsas de comida —ten, come algo, usar demasiada magia sin obtener algo de energía te podría hacer colapsar.

—Gracias —dijo Vivian, quien toma el aperitivo mientras intenta concentrarse en su hechizo, pero se le dificultaba un poco.

Lo cierto era que Vivian no compartía del todo la opinión de Rose, si fuese ella habría dicho que era una mala hermana mayor, pues realmente nunca estuvo al pendiente de sus hermanas menores pues tenía sus propias preocupaciones y cuando llegaron al mundo Newman también solía alejarse de sus hermanas si podía.

—Rose —dijo Vivian, la hermana del medio la volteo a ver —necesito estar completamente concentrada cuando caiga la noche por si alguna criatura llega a aparecer.

—Quieres que cuide los costados en caso de que algo se aproxime a atacar al barco ¿Estoy en lo cierto? —dijo Rose con mucha seguridad, Pilz se asomó de uno de sus bolsillos.

—Estás en lo cierto —dijo Vivian, quien vuelve a ver el panorama por los costados para luego ver de nuevo su hechizo de remolino y darle más potencia.

—Bien, siempre y cuando puedas mantener ese hechizo de remolino no tendríamos que tener problemas —dijo Rose, recostándose sobre la proa del bote.

Rose parecía tener razón, las primeras horas después de caída la noche no pasaba nada alarmante, Rose era despertada cada tres minutos por su hermana mayor para que prestara atención. De repente, un fuerte estruendo en lado derecho del barco puso en alerta a sus tres tripulantes, lo que había golpeado el barco parecía ser una extraña y fea masa café.

—Esto es... ¿Lodo? —dijo Rose con extrañeza, Pilz también veía con curiosidad aquella masa que parecía no tener ningún tipo de vida, pero cuando Rose se la intentó quitar esta no salió.

La masa de lodo estaba creciendo con rapidez y Rose luchaba desesperadamente por quitársela, Vivian intentaba lo que podía, pero estaba casi sin energía por todas las horas que llevaba manteniendo el hechizo de remolino y el veneno de Pilz tampoco surtía efecto.

—Rayos, si pudiera mover mi brazo derecho para usar mi varita ya me habría librado de esta cosa —la masa se expandió más por el cuerpo de Rose, ahora abarcando la mitad de su cuerpo —¡Vivian por favor corta esta cosa con tu espada delta!

—No seas tonta, si intento cortarla también te haré daño a ti —dijo Vivian, quien intenta recordar lo que sabe de criaturas mágicas (que es realmente muy poco fuera de las que viven en el reino invernal). —si mal no recuerdo los monstruos de barro solo tienen debilidad al fuego.

—Genial y la única de las cinco que puede usar la magia del tipo fuego está en otro reino —dijo Rose sarcásticamente, el monstruo de barro se extiende más. —¡Vivian haz algo rápido!

—¡No te desesperes que me desesperas! —dijo Vivian, quien intenta pensar en ¿Cómo crear fuego en una situación como aquella?, no tenía cosas para crear fuego y era muy riesgoso encender una antorcha en un barco de madera, entonces, algo se le vino a la mente.

—Rose, ¿sabes nadar? —preguntó Vivian, con determinación.

—Obvio no, ¿por qué la pregunta? —dijo Rose, quien cae en la cuenta de lo que planeaba su hermana. —ay no... no me digas que...

—Usa a Pilz —dijo Vivian, intentando enfocarse en su hechizo y en su hermana —si no podemos crear fuego aunque sea podemos intentar debilitarlo un poco con el agua para que se desprenda de ti.

Rose titubeó si en hacerlo o no, finalmente se paró en la proa y saltó al agua. Pilz salta casi al instante al agua, pero ocurrió algo imprevisto, Pilz salió disparado a la popa del bote; estaba inconsciente.

—Maldición, no pensé que fuera a ser tan fuerte bajo el agua —dijo Vivian, quien deshace su hechizo —¡Pilz!, ¡Te encargo el barco!

Pilz solo pudo escuchar como Vivian saltó al agua, estaba demasiado aturdido como para hacer algo, unos segundos después, un destello celeste se hizo presente en el agua y Vivian salió, llevaba a Rose en su espalda y luego de un gran esfuerzo logró subir al barco.

—Las enredaderas lo complicaron un poco... pero finalmente logramos salir —dijo Vivian, quien cae dormida al instante, debido a que ya no tenía energía.

Pilz se lanzó al agua donde aumentó su tamaño y con un gran esfuerzo fue empujando la embarcación poco a poco, ambas hermanas no despertaron en el resto del camino hasta que llegó la mañana y el golpe con tierra las hizo levantarse.

—¿Dónde estamos? —preguntó Vivian, todavía algo adormilada, en frente de ella había un frondoso bosque, Pilz subió al barco en ese momento.

—Ese bosque me da mala espina, pero si es el lugar que nos dijo Barry lo mejor será entrar ahora mismo —dijo Rose, quien con algo de dificultad baja del bote.

—Espérame, necesito sacar las provisiones —dijo Vivian, quien saca las bolsas con la comida que aún les quedaba. Así ambas hermanas se adentraban en una nueva y peligrosa aventura.

Mientras tanto, en el centro de ese mismo bosque, un viejo con problemas para caminar se encontraba desayunando en su casa apaciblemente hasta que apareció una corriente de viento.

—Así que dos almas humanas han entrado a este bosque... que peculiar, sobre todo porque con dos almas tan poderosas como las suyas... las bestias aquí se darán un festín —dijo el viejo.

The last witches: la cueva de los gritos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora