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—¿No podrías habérmelo dicho antes?

—No quería preocuparte, yo estaba pendiente...

—¿Y qué diferencia hay con ahora? Estoy preocupado, ¿sabes?

Yoongi resopló y negó con la cabeza mientras doblaba la ropa seca que acababa de quitar del tendedero, la dejaba sobre uno de los reposabrazos del sofá y Jimin lo imitaba al otro lado un poco cabizbajo.

El domingo había decidido contarle a su amigo que Ben no había vuelto a Busán, no le gustaba mentirle a Yoongi, ni si quiera ocultarle información. Aquello tenía que ver con su hermano, así que tenía derecho a saberlo.

Pasarse por allí después del almuerzo y haber dormido toda la mañana después del turno de noche era algo habitual, y aunque ésta vez había ido con la excusa de contarle lo de Ben en persona lo cierto es que también quería ver qué tal había llegado el pelinegro.

El castaño dobló un pantalón de chándal y miró de nuevo a su mejor amigo, éste se mantenía serio y en silencio pendiente de lo que hacía. En la casa solamente se escuchaba el roce de la ropa con sus manos.

—¿Jungkook llegó bien?—Se atrevió a preguntar Jimin mientras cogía un par de calcetines del mismo color.

—Sí, lo acompañaron algunos amigos, se fue a dormir, se levantó para estudiar, comió y se volvió a dormir.

Jimin asintió conforme, solo a medias, con la respuesta y comenzó a amontonar en un mismo sitio las toallas dobladas.

—No sabía que bebía.

—Bueno, Jimin, tiene casi veintidós años, es obvio que beberá alguna vez.

Yoongi seguía molesto porque el castaño le hubiese ocultado la información que sabía durante días y se notaba en su forma brusca de contestar.

Jimin volvió a asentir, sí, era obvio, de hecho el con la edad de Jungkook bebía casi todos los fines de semana. El pelinegro ya era mayor y era evidente, pero era algo a lo que aún no se acostumbraba.

Recordó cuando se acercó la noche anterior, lo diferente que lo vio de repente, sin las gafas, con el cabello peinado con un poco de gel, con ropa algo más arreglada, las mejillas enrojecidas por el alcohol, la camiseta blanca algo pegada y su cuello y clavículas brillantes por el sudor.

Tragó saliva y negando ligeramente con la cabeza comenzó a hacer un montoncito con todos los pares de calcetines enrollados para mantenerlos unidos.

—Por lo menos se mantiene tranquilo, ojalá pudiese borrarme la imagen de Tae intercambiando babas con el jefe de los Trollz.—Comentó el castaño riendo un poco para relajar el ambiente.

Yoongi levantó la vista con el ceño un poco fruncido, apartó la vista de su amigo de inmediato y siguió doblando calzoncillos.

—¿Jefe de los Trollz?

—Sí, la película ésta de dibujitos que tienen pelos de colores... Era un tipo con el pelo-pincho morado.

El pelinegro no dijo nada, tampoco se rió porque ganas de reírse no tenía, por algún motivo se sintió mal, pero no debería, él había vuelto a pasar la noche con Jieun.

—Pero nada serio, al rato estaba hablando en la barra con el chico del cumpleaños.—Jimin se encogió de hombros.—Tae nunca tiene nada serio.

Yoongi amontonó la mitad de la ropa doblada, la tomó en brazos y fue distribuyéndola por la casa, en cajones y armarios correspondientes, a excepción de la ropa de Jungkook, que dejó en el sillón individual para que él mismo la guardase cuando despertase.

🚔Irrompible🚔 (JIKOOKMIN)-Completada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora