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A los Jeon les quedaban dos días para tener que regresar y Jiwon sabía que algunos compañeros de trabajo le preguntarían si lo había disfrutado, pues aunque el viaje fue por un motivo horrible su hijo salió bien parado, así que podría haber disfrutado de unas minivacaciones, pero la respuesta era no.

Su relación con Jungkook volvía a estar distante como en su adolescencia, con la diferencia de que su hijo menor ahora no se callaba y ocultaba cosas hasta que no le quedaba más remedio y explotaba. Cuando llegó la noche anterior a casa era muy tarde, lo habían estado llamando y no contestaba las llamadas, cuando le preguntaron que dónde demonios se metió después de la universidad contestó muy tranquilo que había estado en casa de Jimin.

Oh, sí, eso ya lo podía ver. Bueno, Jiwon y todos. Debajo de la oreja, marcándole en rojizo la mandíbula y un poco del cuello había unos dientes, sí, era la marca de unos jodidos dientes cuando acompañan a un chupetón.

Eso más el cabello despeinado y la camiseta del revés le daban al señor Jeon muchas pistas de cómo había estado perdiendo el tiempo su hijo en vez de estudiar después de clase.

"¡Oh, ese policía de metro y medio me va a oír cuando lo vea!"

Ese fue el pensamiento de Jiwon mientras observaba a su hijo cenando apoyado en la encimera sin si quiera sentarse, hasta que cayó en la cuenta de que no podía oír.

"Maldita sea."

Jiyu también se había preocupado cuando no llegó a cenar y no contestaba las llamadas, pero cuando Yoongi llamó a Jimin y éste tampoco contestó sumó dos más dos, era evidente que estaban juntos, así que por lo menos se pudo tranquilizar.

¿Y cómo le iba a Jiwon con Yoongi? Pues también mal, siempre pensó que la relación fácil con sus hijos era la que compartía con el mayor, aunque el chico no era demasiado expresivo siempre solía hacer las cosas de manera correcta, se llevaban bien y él nunca se había sentido decepcionado.

Ahora no sabía muy bien describir o darle un nombre a lo que sentía sabiendo lo nuevo de Yoongi, ni si quiera se había atrevido a preguntarle, a hablar si quiera, aunque a su hijo parecía no importarle mucho, tal vez ni si quiera se había dado cuenta, últimamente parecía estar en las nubes y Jiwon se intentaba tranquilizar pensando que era por la medicación.

Jiyu le había insistido en que lo acompañase a la mañana siguiente a comisaría para recoger unas cosas y rellenar unos papeles, a la semana siguiente ya tendría que incorporarse aunque siguiese con el brazo en cabestrillo, suerte que normalmente trabajaba sentado.

Yoongi caminaba mirando al frente, estaba sumido en sus pensamientos mientras su padre lo miraba de reojo una y otra vez, ¿por qué era tan difícil entablar una conversación? No tenía porqué hablarle de gustos, parejas... No tenía porqué hablarle de los Park.

Pero entonces, ¿de qué?

—¿Tienes ganas de regresar al trabajo?

Yoongi levantó la vista y lo miró, era evidente que su padre estaba obligándose a hablarle de algo, tan evidente como que había sido su madre la que lo había empujado a que lo acompañase.

—Sí, supongo que echo de menos la rutina. Aunque trabajar así va a ser un coñazo.

Jiwon asintió y fue a abrir la boca para contestar cuando un chico de más o menos su misma altura y un cabello castaño enmarañado se plantó delante de ellos.

—¡Buenos días!—Sus ojos brillaban al mirar al más pálido.—Buenos días, señor Jeon.

—Buenos días.

—Hola, Tae.—Respondió Yoongi con una pequeña sonrisa que no pasó desapercibida para su padre.

El chico miró a uno y otro y se metió las manos en los bolsillos traseros de su pantalón, el señor Jeon también cambió su mirada de uno a otro y Yoongi fue el que miró más allá, en la otra acera y con una sonrisa ladeada miró de nuevo al castaño.

🚔Irrompible🚔 (JIKOOKMIN)-Completada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora