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Jimin preparaba café y tostadas para los hermanos Jeon mientras desayunaba  él mismo un zumo y macedonia de frutas.

Por fin podían relajarse con el foco principal de venta de drogas que les había estado dando dolores de cabeza en los últimos tiempos, los próximos casos que les llegasen serían menores y podrían encargarse rápido de ellos.

Yoongi había llegado a la casa hacía una hora y simplemente le dijo que estaba todo bien y se fue a dormir cerrando la puerta de su habitación tras de sí.

Jimin no había dormido demasiado, no es que llegasen muy tarde a la casa, pero se había quedado despierto por si sus compañeros lo necesitaban y para vigilar a Jungkook, que aún con el susto parecía seguir un poco borracho.

Como si lo hubiese invocado con el pensamiento, el más joven apareció en la cocina frotándose los ojos y bostezando. Jimin lo miró de arriba a abajo, seguía llevando la ropa de la noche anterior, el pantalón negro con el cinturón y aquella camiseta que parecía de redecilla con un colgante plateado largo.

—Buenos días.

—Buenos días.—Respondió el pelinegro acercándose al cuenco que tenía las frutas cortadas y cogiendo un pedacito de piña.

El castaño terminaba de untar la mermelada de fresa en la última tostada y le pasó el plato al más joven arrastrándolo por la encimera, éste lo miró y le sonrió.

—Gracias.

Jimin sirvió el café en tres tazas y echó las cucharadas de azúcar correspondientes para cada uno, aunque el de Yoongi se quedaría esperando a ser calentado de nuevo cuando despertase.

—¿Te lo pasaste bien anoche?—Le dio vueltas a su café con tres cucharadas de azúcar.—Digo, antes de que se desalojase el sitio.

Jungkook terminó de masticar su tostada mientras miraba el perfil del mayor, estaba un poco despeinado y su camiseta estaba manchada de mantequilla en la zona de la barriga. Se acercó y alargó una mano para limpiársela un poco, el castaño miró hacia abajo y el pelinegro se alejó yendo a buscar una servilleta para limpiarse los dedos.

—No sale.

—Da igual, tengo que echar la ropa a lavar.—Contestó el mayor tomando un sorbo de su café.—Tú también deberías echar a lavar la tuya. Y la ropa de cama, que estuviste sentado en la calle y te dormiste con la ropa puesta.

El pelinegro se miró, como si ahora fuese cuando se percataba de que seguía con la ropa de salir puesta. La bomber de Taemin quedó en algún lugar de la discoteca y la chaqueta que le prestó Jimin estaba a los pies de su cama.

El mayor lo miró de reojo y antes de pinchar tres pedacitos de fruta y metérselos en la boca comentó como si nada:

—¿No tienes frío con eso?

El más joven arqueó una ceja, el tono de indiferencia con el que Jimin había preguntado sonó tan indiferente que parecía fingido. Recordó los consejos de sus amigos, el constante "debes hacerte desear, aunque sea un poco".

Las voces de sus amigos y la de su psicóloga contrarrestaban bastante en su mente, cada quien con pensamientos distintos sobre la actitud del mayor últimamente con respecto a él. Por no decir que su conciencia le decía una y otra vez que se lo imaginaba todo, que era imposible que le gustase al mayor, ni si quiera un poquito.

—Estoy bien así.—Respondió negando con la cabeza, si en algo estaban de acuerdo la psicóloga y sus amigos es en que debía estar más seguro de sí mismo, dejar un poco atrás la vergüenza.

Jimin no lo miraba, ahora fregaba su taza usada y el vaso donde había tenido el zumo, asintió a sus palabras de nuevo fingiendo desinterés.

Jungkook se apoyó en la encimera de espaldas mientras terminaba su desayuno de forma lenta, de vez en cuando miraba al castaño, que tampoco parecía tener mucha prisa fregando las cosas.

🚔Irrompible🚔 (JIKOOKMIN)-Completada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora