🚔.18.🚔

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El policía trató de recomponerse y mantener la mente fría, debía dejar de lado por un momento quién era el chico frente a él y actuar como un profesional.

Al menos lo intentaría.

—Jungkook, recoge tus cosas, vayamos a mi casa, ¿de acuerdo?

Jimin abrió su taquilla y recogió lo que se había dejado esa mañana y la razón por la que había vuelto ahora, encontrándose con ésta situación.

El pelinegro vaciló, levantó la vista un segundo, vio cómo el castaño se colgaba al hombro una bolsa de malla que tenía prendas sucias y cerraba su taquilla con el semblante serio.

Tragó saliva y se abofeteó mentalmente, era evidente que su plan no iba a funcionar y de nada servía negarse a ir con el castaño. Se levantó del banco con lentitud y cogió sus cosas con manos temblorosas.

Temía lo que fuese a preguntarle el policía, se sentía atrapado, pero dentro de lo malo se dijo a sí mismo que era Jimin, ya lo había visto en la mierda, ¿qué diferencia había ahora?

El castaño abrió la puerta del vestuario, el pelinegro salió y ambos atravesaron el gimnasio bajo la mirada de todos los que estaban. El rapado que había peleado con Jungkook trató de acercarse, pero con una sola mirada de Jimin se quedó en su lugar.

Lograron salir sin que nadie los parase y caminaron en silencio dirigiéndose a la casa del mayor, Jimin quería acercarse al contrario, abrazarlo, pasarle un brazo por los hombros, apretar su mano... Pero no hizo nada de eso, porque sus sospechas sobre qué le había ocurrido al menor le indicaba que no debía tocarlo, al menos no ahora.

Llegaron a la casa del mayor, éste abrió con llave, dejó pasar al otro y cerró la puerta con cuidado detrás de ambos. Dejó caer la bolsa de malla de su hombro dejándola en una esquina cualquiera, no se quitó los zapatos para ingresar al pequeño saloncito y Jungkook seguía sin mirarlo directamente.

Jimin suspiró de forma ansiosa, hacer preguntas de ese calibre a alguien cercano era mucho más complejo de lo que imaginó.

Sabía que su profesionalidad se iba a ir a la mierda, estaba seguro de ello.

—¿Quieres sentarte?

El pelinegro asintió y tomó asiento en el sofá de dos plazas, dejando su mochila para el gimnasio en el suelo a su lado. Jimin vaciló, no sabía si era buena idea sentarse a su lado, teniendo en cuenta que su sofá no era grande y estarían demasiado cerca o quedaría peor que continuase de pie.

Tomó asiento a su lado con cuidado, subió sus mangas, dejando los antebrazos expuestos, Jungkook clavó sus ojos en ellos, en su piel clara y las venas finas que se marcaban en ellos, sus manos pequeñas.

—¿Me dejas revisarte la espalda?

El menor estaba tensionado, sentía la garganta seca e incluso creía que sería capaz de vomitar de un momento a otro. Si se negaba su hermano estaría allí en minutos, si cedía, tal vez tendría algo de tiempo antes de tener que enfrentarse a la realidad bajo la mirada de Yoongi.

No era tonto, sabía que de nada iba a servirle mentirle a Jimin o tratar de ocultar qué había pasado, pero con él tendría más tiempo, con Yoongi se largaría a llorar al primer instante.

—Vale.—Dijo en voz baja.

Pero Jimin no se movió, no se levantó y le levantó la camiseta, podía ver sus manos y como lo conocía, sabía que intentaba mantenerse tranquilo, pero realmente estaba nervioso.

—Jungkook, ¿podrías quitarte la camiseta?

Su voz fue firme pero salió suave, trataba de mantenerlo tranquilo, que se sintiese seguro dentro de lo que cabía. Realmente no sabía qué iba a encontrarse y por un momento su mente creyó que estaba equivocado en su suposición, pero debía estar seguro, debía comprobarlo.

🚔Irrompible🚔 (JIKOOKMIN)-Completada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora