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El menor de los Park acababa de salir de la habitación que le habían asignado a su hermano, Boyoung y sus padres se habían quedado dentro, pero tranquilo de ver el estado de Jimin quiso salir por si le daban la posibilidad de ver a Yoongi o, por lo menos, preguntar por él.

Jungkook estaba sentado en una de las sillas azules del pasillo, algunos policías iban y venían, los doctores y enfermeros también parecían alterados y es que cuando había heridos pertenecientes a los cuerpos de seguridad todos se ponían tensos.

No es que la vida de ellos valiese más que la de los civiles, pero eran los encargados de proteger a la ciudadanía, tener varios heridos les daba a la gente una inseguridad y miedo mayores.

El castaño se acercó al pelinegro, se sentó a su lado y éste abrió los ojos aún con la cabeza descansada contra la pared. Se incorporó rápido al reconocer a Taehyung y con los ojos muy abiertos preguntó:

—¿Pueden entrar más visitas?

El mayor negó con la cabeza, imitó la posición anterior que tenía Jungkook, pero no cerró sus ojos, el pelinegro suspiró hundiendo sus hombros.

—Jimin está bien, está despierto.—Informó mirando de reojo al más joven.—Tenía el chaleco antibalas puesto y los tres disparos dieron justo en él, solo tiene el dolor del impacto, le saldrá como moretones o marcas similares a quemaduras.

Jungkook asintió, consiguiendo sentirse más tranquilo por ello, pero sabía que también había sangre, había visto salir a las enfermeras con gasas llenas de sangre tanto de la habitación de su hermano como de la de Jimin.

—No puede irse a casa, la herida de la mejilla ha sido superficial, sólo fue un roce, la oreja sí salió peor parada y... Aún no se sabe si recuperará la audición.

Un escalofrío recorrió toda la espalda del pelinegro, su boca entreabierta y la expresión preocupada. Miró hacia sus manos, sus dedos estaban muy pálidos a la luz extraña del hospital.

Jimin siempre había deseado ser policía, tenía veintisiete años, si se quedaba sordo no podría seguir desempeñando su papel. Al menos no cómo lo había estado haciendo hasta ahora.

¿Lo sabría? ¿Sabría que no podían asegurar que recuperase la audición?

—Yo creo... Creo que estará bien, se pondrá bien.—Dijo Tae, no sonaba muy seguro, pero el más joven comprendió que trataba de animarse a sí mismo también.

Jungkook miró hacia el otro lado del pasillo, a unas cinco habitaciones de distancia estaba su hermano, sus padres acababan de llegar y él terminó saliendo de la habitación porque se sentía agobiado y aún no sabía nada de Jimin.

Taehyung levantó la cabeza de contra la pared y miró en la misma dirección que el pelinegro, tomó aire y preguntó:

—¿Y Yoongi?—Su voz fue apenas un susurro, imaginaba que no había sido catastrófico a pesar de la cantidad de sangre que había perdido de la herida porque Jungkook no parecía a punto de colapsar, ni tampoco estaba hecho un mar de lágrimas.

—Bien, se recuperará.—Contestó el menor de los Jeon echándose el cabello hacia atrás y mirando al suelo.—Le tuvieron que poner transfusiones de sangre, perdió demasiada y la bala dañó tendones. La sanación será lenta, pero estará bien.

Taehyung recordó que Jungkook estudiaba medicina y se tranquilizó al ser consciente de que el chico no solo repetiría lo que le dijesen los médicos, si no que era bastante probable que supiese con certeza lo que se esperaba de cada herida.

Kim Namjoon apareció por el pasillo de la planta número once vestido de paisano, Jungkook no le echó cuentas porque no tenía idea de quién era, pero Taehyung sí que lo conocía.

🚔Irrompible🚔 (JIKOOKMIN)-Completada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora