3.- Pedri, contrólate.

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Para la sorpresa de Pedri, cuando salió a la mañana siguiente de su habitación, se encontró a Gavi ya esperándole apoyado en la pared del pasillo mirando su móvil. Al igual que él, se había puesto ya la equipación de entrenar y tenía preparada una mochila con la ropa para cambiarse después. Levantó la mirada del móvil en cuanto le escuchó salir y le dedicó una sonrisa cansada.

-¿Te encuentras bien? ¿Tienes fiebre? - Preguntó el canario acercándose a él mientras le devolvía la sonrisa. Pablo frunció el ceño extrañado, lo que le hizo reír - No me puedo creer que te hayas despertado tú solito a tiempo y encima seas tú el que me espera a mi.

-Ja, ja. Muy gracioso - Contestó mirándole mal - Lo he hecho para callarte la boca.

Pedri negó con la cabeza sonriendo y le pasó una mano por el pelo despeinándole ligeramente, mientras ambos iban hacia el ascensor.

-¿Cuántas alarmas te has tenido que poner? - Siguió el canario una vez entraron en el ascensor y se apoyó en la pared para girarse hacia su amigo.

-Solo 6 - Murmuró super bajito, mirándole de reojo. Pedri soltó una carcajada que retumbó por todo el ascensor y Pablo tuvo que morderse la sonrisa al escucharle.

Una vez salieron del ascensor, se encontraron a Ansu de camino al comedor y Gavi se acercó corriendo para engancharle de los hombros en un abrazo rápido.

-Bueeenos días - Saludó el sevillano, apretujando a Ansu mientras seguían andando.

-Buenos días, Gavi - Rió devolviéndole el abrazo con una mano - Pensaba que serías de los últimos en bajar.

-Otro igual - Resopló mientras escuchaba la risa de Pedri de fondo.

Entraron al comedor y Ansu fue directo a la máquina de café dejándoles solos de nuevo.

-A mi no me das los buenos días así - Se quejó Pedri mientras iban hacia una mesa donde ya estaban algunos de sus compañeros. Antes de que llegasen, Pablo le paró y miró a su amigo con las cejas levantadas y una sonrisa enorme.

-¿Qué pasa? ¿Estás celoso? - Rió al ver como el otro le miraba mal y hacía un intento de pasar de largo para llegar a la mesa.

-Claro que no - Contestó cuando Gavi le frenó cogiéndole del brazo.

-Eres un mentiroso - Dijo mientras tiraba de él para atraerle y poder rodear con sus brazos el cuello del canario. Pedri correspondió el abrazo en seguida, como por instinto, poniendo sus manos en la cadera del sevillano. Pablo entonces le apretó contra su cuerpo con todas sus fuerzas riendo, mientras giraba la cabeza para poder dejar un beso en la mejilla de su amigo y susurrar un - Buenos días, tonto.

Un escalofrío recorrió a Pedri de pies a cabeza al notar la respiración de su amigo tan cerca de su cuello, algo que decidió ignorar mientras dejaba que le abrazase unos segundos más.

-Buenos días - Contestó cuando finalmente se separaron, mirando al menor con una sonrisa. Se giraron para seguir hacia la mesa cuando Pedri añadió - Y no estaba celoso.

Gavi soltó una carcajada negando con la cabeza provocando que el otro le diese un golpe en el brazo. Al llegar a la mesa, saludaron a sus compañeros y dejaron las cosas para después ir a por el desayuno. La mitad de los jugadores estaban aún medio dormidos así que no hubo mucha conversación en la mesa, hasta que Luis Enrique llegó metiéndoles prisa y diciéndoles que en 15 minutos les quería a todos fuera preparados. Una vez habían terminado todos, se reunieron en la salida para subirse al bus que les llevaría al campo de fútbol que tenían asignado para entrenar. Pablo, como siempre, se sentó con Pedri en las últimas filas y estuvieron mirando Instagram hasta que 10 minutos después llegaron a su destino. Parecía que sus compañeros iban despertándose y ya estaban más animados mientras bajaban del bus y entraban a los vestuarios. Dejaron sus cosas, se abrocharon bien las botas y fueron saliendo todos al campo. Aún era pronto, pero el sol ya empezaba a calentar provocando quejas de algunos de los jugadores. Mientras esperaban al entrenador, Jordi Alba se acercó a ellos, poniendo un brazo alrededor de los hombros de cada uno.

Cafuné | Pedri & GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora