Después de que se ducharan ambos y se entretuviesen besándose durante más tiempo del que deberían, se obligaron el uno al otro a salir de la habitación. El resto de la tarde la pasaron en el gimnasio con sus compañeros. Luis Enrique les había comentado que tenían que subir el ritmo, así que a partir de entonces tendrían entrenamiento tanto por la mañana como por la tarde, variando entre el campo de fútbol y el gimnasio. Solo les quedaba un partido para clasificarse a octavos de final y sabían que la dificultad de los encuentros solo iba a ir aumentando. Ya estaban prácticamente dentro, tendría que salir todo muy mal como para que no pasasen a la siguiente fase. Pero eso no significaba que fuesen a relajarse, todavía quedaba mucho por competir.Durante todo el entrenamiento, Gavi y Pedri no fueron capaces de dejar de mirarse. Se buscaban el uno al otro por el gimnasio, sonriendo cuando sus miradas se encontraban y recordando cada segundo de lo que habían vivido en la habitación. Estaba mal, lo sabían. Sabían que deberían estar más concentrados, pero les era imposible volver a la realidad después de haber compartido un momento tan intenso que solo les había dejado con ganas de más. Cuando Pedri estaba en una esquina levantando pesas, Pablo le miraba desde la otra punta de la sala recordando como los músculos de sus brazos habían temblado mientras se sostenía sobre él. Cuando Pablo tuvo que hacer sentadillas, Pedri casi se queda sin pie al dejar caer una pesa por quedarse embobado mirándole el culo. Eran un desastre y sabían que sus amigos más observadores tenían que haberse dado cuenta. Pero nadie dijo nada, así que tan mal no lo estarían haciendo. Terminaron el entrenamiento y se dieron una ducha rápida antes de bajar a cenar. Cuando finalmente, estuvieron todos sentados en el comedor, Pablo pegó su silla todo lo posible a la contraria para poder juntar sus piernas por debajo de la mesa. Y pasaron la cena hablando con sus compañeros mientras se dedicaban miradas y sonrisas cómplices y se dejaban caricias disimuladas cada vez que podían. Cuando subieron a su planta, lo hicieron con Nico y Balde que tenían las habitaciones cerca de las suyas así que tuvieron que meterse cada uno en su habitación para disimular un poco. Pedri aprovechó para lavarse los dientes y coger algo de ropa hasta que su móvil vibró con un mensaje.
Pablo
(22:34)
¿Vienes o voy?Pedri sonrió al leerlo y cogió sus cosas rápido sin contestarle, saliendo de su habitación y llamando a la puerta del sevillano. Se abrió en seguida y Pablo le sonrió guardando su móvil que aún tenía en la mano y dejándole pasar.
-¿Y esa ropa? - Preguntó señalando las manos del canario.
-El pijama y la ropa para mañana - Contestó dejándolo en una silla.
-¿En serio vas a dormir con pijama? - Preguntó alzando las cejas y acercándose a él para poner las manos en su cadera.
-Pablo - Rió dejando sus manos sobre su pecho - Los dos sabemos que si dormimos sin ropa, vamos a hacer de todo menos dormir.
-Ya - Asintió sonriendo de lado - Esa es la gracia.
-¿Qué pasa? - Dijo acercándose hasta que pudo rozar sus labios mientras subía una mano por su cuello - ¿No has tenido suficiente?
-¿De ti? - Murmuró negando con la cabeza - Nunca.
-Joder - Resopló utilizando la mano que tenía en su cuello para atraerle y unir sus labios. Pablo hizo un sonido que quedó ahogado entre sus bocas y se aferró a su cintura mientras le devolvía el beso - Vas a acabar conmigo.
-No puedo parar de pensar en lo de antes - Susurró pasando sus labios por el inferior del canario y subiendo una mano por su espalda.
-Yo tampoco - Contestó pegándose a su cuerpo y volviendo a besarle, moviendo sus labios con delicadeza sobre los contrarios, mientras enredaba los dedos en su pelo.
ESTÁS LEYENDO
Cafuné | Pedri & Gavi
FanfictionPedri y Gavi. Las dos revoluciones del mundo del fútbol actual. Mejores amigos. Jugadores del Barça y de la Selección Española. Sus vidas eran perfectas. Hasta que la amistad que había entre ellos, poco a poco, se convirtió en algo más. Y tuvieron...