29.- La decisión.

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Llegaron a Barcelona ese mismo día por la tarde y tuvieron que despedirse escondidos en un rincón del aeropuerto mientras Fer esperaba, vigilando como el buen hermano que era para que nadie les viese. La madre de Pablo había ido a recogerle y le esperaba con el coche en la salida, así que no tuvieron mucho tiempo, pero prometieron llamarse en cuanto llegaran a casa y se miraron con tristeza en sus ojos cuando tuvieron que separarse. Pedri cogió un taxi con su hermano hasta su casa y cuando llegaron, subieron las cosas a sus habitaciones antes de dejarse caer en la cama con un suspiro. Se sentía solo, por mucho que quisiese a Fer, después de estar tantos días prácticamente viviendo con su novio, sentía que le faltaba algo. En cuanto la pantalla de su móvil se iluminó y vio la llamada de Pablo, sonrió aceptándola deprisa. Pasaron el resto de la tarde hablando por teléfono, como si no hubiesen sido suficiente los días que habían pasado juntos, siempre teniendo algo nuevo que contarse. Se despidieron cuando tuvieron que bajar a cenar, Pedri con Fer y Pablo con su madre. Y no se fueron a dormir muy tarde, ambos deseando que llegase el día siguiente para volver a verse.

Pedri despertó pronto esa mañana y desayunó rápido, duchándose y vistiéndose antes de ir a recoger a su novio. Los dos habían recibido un mensaje de Xavi pidiéndoles que fuesen a las oficinas del Camp Nou. No sabían por qué, pero asumían que era para hablar con ellos sobre sus papeles en el mundial y lo que quedaba de temporada con el Barça.

En cuanto Pablo se subió a su coche con una sonrisa, miró a su alrededor antes de atreverse a inclinarse sobre la palanca de cambio y dejar un beso rápido en sus labios. Recorrieron el trayecto, que tantas veces habían hecho juntos, hablando sobre lo emocionados que estaban por volver a jugar un partido. Y no podían parar de mirarse y sonreírse el uno al otro, las ganas de volver a estar solos notándose en cada roce que dejaban con sus manos. Llegaron poco después y aparcaron en el sitio habitual de Pedri para dirigirse a los ascensores y subir a la planta de las oficinas. En cuanto las puertas del ascensor se cerraron, Pedri le cogió de las mejillas y le empujó contra la pared para llenarle de besos. Pablo reía contra sus labios, acariciando su espalda y ambos suspiraron molestos cuando el ascensor se detuvo y tuvieron que separarse. Al salir, se encontraron a Xavi que les esperaba en el pasillo y que se acercó a saludarles con un abrazo rápido en cuanto les vio.

-Hola, chicos - Dijo dándoles un par de palmadas en la espalda y dirigiéndoles hacia una de las salas - Venid por aquí.

Pedri frunció el ceño al notar la seriedad en su entrenador, extrañado por lo seco que había sido y lo nervioso que parecía. No pudo evitar el mal presentimiento que le llenó el cuerpo en ese momento, mirando a Pablo que parecía igual de confundido que él. Pararon frente a una puerta cerrada y Xavi suspiró antes de mirarles con algo en los ojos que solo se podía clasificar como arrepentimiento.

-Antes de nada...- Dijo con una sonrisa triste negando con la cabeza - ... necesito que sepáis que he hecho todo lo posible por evitar esto, pero es algo superior a mí y tengo las manos atadas. La decisión viene desde la directiva y creedme que si por mi fuera, las cosas serían distintas. Lo siento, de verdad, espero que podáis entenderlo.

Y dicho eso, abrió la puerta con una última mirada metiéndose en la sala y dejándoles incluso más confundidos que antes. Pedri tuvo que tragar saliva ante la sensación de angustia que se instaló en su pecho, no sabía lo que pasaba, pero era algo malo. Miró a Pablo que tenía el ceño fruncido y la mirada perdida, y no pudo evitar unir sus manos para darle un apretón suave antes de soltarle y entrar en la sala. Xavi y Laporta estaban sentados en una mesa esperándoles y Pedri se acercó a saludar a Joan con la mano antes de sentarse frente a ellos, viendo cómo Pablo hacía lo mismo.

-Bueno, chicos - Dijo el presidente del club dedicándoles una sonrisa mientras unía las manos sobre la mesa - Sentimos haceros venir tan pronto cuando acabáis de volver de las vacaciones, pero tenemos que hablar de un asunto de urgencia.

Cafuné | Pedri & GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora