Cafuné | Pedri & Gavi

1.- La llamada.

Pedri despertó confundido, mirando a su alrededor y frotándose los ojos hasta que se dio cuenta de que se había quedado dormido en el sofá. Al día siguiente no tenían entrenamiento y se había quedado jugando al Fifa hasta tarde. La Play seguía encendida, el juego pausado y era la única luz que iluminaba el salón. Se pasó una mano por la cara, últimamente se quedaba dormido en todos los sitios menos en su cama, agotado por no conseguir dormir bien del todo todavía. Las noches seguían siendo difíciles a pesar del tiempo que había pasado. Normalmente Fer le habría despertado para hacerle subir hasta su habitación, pero se había ido de viaje un par de días y estaba solo. Se dio cuenta de que su móvil estaba sonando y supuso que esa era la razón por la cual se había despertado. Lo buscó entre los cojines y cuando lo encontró, ya había dejado de sonar. Sin embargo, fue ver la pantalla y su corazón comenzó a acelerarse por primera vez en bastante tiempo.

Eran las 3 de la madrugada y tenía dos llamadas perdidas de Pablo, su Pablo.

Se apoyó en el respaldo del sofá y se quedó mirando la pantalla de su móvil como intentando procesar. Pablo le había llamado y casi no recordaba la última vez que eso había pasado. Dos meses, dos putos meses sin hablar, sin tener una conversación en condiciones, Pablo no le había vuelto a llamar o mandar un mensaje desde que lo habían dejado. Y le llamaba así de repente, sin que Pedri estuviese preparado. Su cabeza daba vueltas intentando buscar una razón por la que Pablo le llamaría a esas horas y no pudo evitar ponerse nervioso. ¿Qué hacía? ¿Le devolvía la llamada? ¿Esperaba a que volviese a llamar? Tragó saliva mientras intentaba relajarse, pero el simple hecho de que Gavi estuviese intentando hacer contacto con él, le alteraba la mente y hacía que su pobre corazón se ilusionase. No debía, se suponía que estaba pasando página, se suponía que tenía que intentar seguir con su vida, pero no podía engañar a nadie. Una simple llamada de Pablo era todo lo que necesitaba para volver al principio y sentirse como si no hubiese avanzado nada. No tuvo tiempo para pensar más porque pocos segundos después, su móvil volvió a sonar y él, sintiéndose un idiota, aceptó la llamada.

-¿Gavi? - Dijo cerrando los ojos y pidiéndole a su corazón que se calmase.

-Pepi - Contestó y Pedri sintió que se ahogaba al escuchar el mote. Sonaba tan bien, hacía tanto que no le llamaba así, que su mente se llenó de recuerdos. Recuerdos de cuando eran felices. Pero entonces escuchó como Pablo se sorbía la nariz y se dio cuenta al segundo de que estaba llorando.

-Oye, ¿qué pasa? - Murmuró sintiendo todo su cuerpo tensarse al escucharle llorar al otro lado del teléfono. Su pecho se inundó de preocupación y el dolor volvió a instalarse en su corazón como si nunca se hubiese ido. Escuchar llorar a Pablo era lo más triste del mundo, la mayoría de sus pesadillas eran sobre eso.

-No puedo... - Se le cortó la voz con un sollozo que partió el alma de Pedri en dos. Su preocupación no hizo más que aumentar cuando escuchó ruidos de fondo y se dio cuenta de que Pablo no estaba en su casa.

-Escúchame, por favor, intenta respirar - Dijo intentando mantener la calma, su pierna moviéndose nerviosa en el sofá, necesitaba saber que Pablo estaba bien, a salvo - ¿Dónde estás?

-No lo sé - Suspiró con la voz ahogada por las lagrimas que seguramente estarían inundando sus mejillas - No sé, estoy... Es que no lo sé.

-¿Cómo que no lo sabes? - Se levantó del sofá, pasándose una mano por el pelo.

-Estaba... en una discoteca o algo así - Logró decir - Pero ya no... ahora estoy en la calle - Se cortó a sí mismo cuando le entró el hipo - Pero... pero no sé dónde.

-Estás borracho - Afirmó con un suspiro, le conocía demasiado. Le costaba hablar y sabía que no era solo por estar llorando.

-Un poco - Contestó con otro hipo, resoplando agobiado cuando no se vio capaz de dejar de llorar - No te enfades conmigo.