25.- La distancia.

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Dejaron la maleta de Pablo en la entrada y fueron al salón, donde se encontraron a su hermano que ya había vuelto de trabajar. Vieron una película los tres juntos, Pedri y Gavi abrazados en una esquina del sofá y Fer intentando no picarles demasiado por lo asquerosamente adorables que eran. Pidieron algo para cenar en un sitio de comida sana que conocían cerca, ya que ninguno tenía ganas de cocinar y terminaron la película mientras cenaban en el salón. Y después, Pablo decidió que tenía que ganar a Fer en el Fifa y encendieron la Play mientras Pedri aprovechaba para subir a hacer su maleta. Cuando volvió a bajar, se encontró a Pablo saltando de alegría y a su hermano picado de brazos cruzados en el sofá.

-¡He ganado! - Exclamó el sevillano en cuanto le vio, lanzándose a sus brazos emocionado - ¡Pedri, que he ganado!

-Si que tienes que ser malo para que te gane Pablo - Rió mirando a Fer que le sacó el dedo con una sonrisa falsa.

-Oye - Protestó el menor al darse cuenta de lo que había dicho mientras le daba un empujón suave.

-Es broma, amor, muy bien - Dijo sin darse cuenta cogiéndole de los brazos para volver a abrazarle.

-Amor - Repitió Fer fingiendo una arcada mientras se levantaba del sofá - Esa es mi señal para irme.

Pedri sintió sus mejillas arder pero la sonrisa de Pablo hizo que mereciese la pena pasar vergüenza delante de su hermano.

-Gavi, disfruta de las vacaciones - Dijo acercándose para revolverle el pelo con cariño - Nos vemos en Canarias ¿no?

Pablo asintió con una sonrisa y soltó a Pedri para darle un abrazo rápido y despedirse de él. Fer se iba con Pedri al día siguiente también a Canarias y estaría allí cuando llegase él.

-Pedri, mañana salimos a las 10 de aquí - Avisó señalándole con el dedo - Que luego entre atascos, controles de seguridad y todo eso, al final siempre llegamos tarde.

-Que sí, pesado - Contestó dándole una colleja y empujándole fuera del salón.

-¡Descansad y no hagáis guarradas! - Gritó mientras subía la escaleras hacia su habitación.

Pedri rió negando con la cabeza y se giró hacia el sevillano que ya estaba apagando la Play y la televisión. En cuanto notó que le estaba mirando, levantó la mirada y soltó el mando, dedicándole una sonrisa que enamoró a Pedri un poco más de lo que ya estaba. Se acercó para rodearle la cintura con los brazos y Pablo los puso automáticamente en su cuello, sin dejar de sonreírle mientras unían sus frentes.

-Me gusta mucho que me llames amor - Susurró jugando con el pelo del canario - Podrías hacerlo todo el tiempo.

-Me da vergüenza - Admitió sonriendo cuando rozaron sus narices con cariño - Pero a veces me sale solo.

-Que mono eres cuando te pones tímido - Rió dejando un beso rápido en sus labios antes de que pudiese protestar y se separó para coger su mano - Venga, vamos arriba.

Pedri dejó que tirase de él hasta su habitación, apagando las luces a su paso, y como el sevillano tenía que madrugar mucho al día siguiente, decidieron irse directamente a dormir. Se lavaron los dientes juntos y se quitaron los pantalones y la sudadera antes de meterse en la cama, dejando encendida una luz pequeña.

-No me quiero ir - Habló Pedri una vez estuvieron bajo las sábanas, tumbados de lado con las mejillas en la almohada mientras se miraban.

-No digas eso - Contestó subiendo una mano para pasarla por su brazo en una caricia hasta dejarla en su cuello - Seguro que te lo pasas genial en Canarias y sé que echas de menos a tu familia.

Cafuné | Pedri & GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora