Iniciación.

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POV'S REGULUS.

Dicen que toda familia poderosa guarda un secreto, yo daría lo que fuera por no darles la razón a esas personas, pero al contrario, estoy en medio de un círculo de desconocidos.

Los Black siempre han sido respetados, tenemos poder y fama, pero también somos poseedores de una ideología la cual es que los sangres sucias no sirven para otra cosa más que para servirnos, o al menos eso me han enseñado a mí desde siempre.

Gracias a May, aprendí que no era del todo cierto esa idea, pero le soy leal a mi familia y por ello cumplo con mi deber.

Voldemort había escapado de prisión o más bien, lo habían sacado.

Los mortifagos eran una mafia meramente anónima y solo el grupo elite sabía las identidades de algunos.

Era hora de mi iniciación, Voldemort se hizo presente y yo tuve que rebajarme a hacer una reverencia, él sonrió con malicia y me pidió mi brazo izquierdo y tuve que descubrirlo.

-Regulus Arcturus Black II –Pronunció mi nombre –Debes saber que hoy estás tomando la mejor decisión de tu vida, hace años fuiste un simple soldado raso, pero ahora que eres un hombre, estás listo para ser un mortífago de verdad.

Pidió que le llevaran "las herramientas" y varios mortifagos se acercaron, el primero esparció piedras puntiagudas en el suelo y me hicieron caer de rodillas sobre ellas.

Tuve que tragarme el grito de dolor, ya que una regla era que no podía haber indicios de debilidad, ya que si te quejabas, el castigo era un "Crucio" o sea que te azotaban con un látigo lleno de espinas que te abrían la piel hasta dejarte desangrando.

Posteriormente, otro se acercó con una bandeja de plata, Voldemort tomó una pluma fuente que no contenía tinta, pero la punta estaba sumamente afilada.

En mi brazo quedó "el boceto" de lo que muchos llamaban La Marca Tenebrosa.

Dejó la pluma en la bandeja y tomó un bisturí con el que repasó la marca, pero esta vez haciendo cortes más profundos.

Para este punto, un mortífago ya se encontraba limpiando mi brazo con una gasa y mucho alcohol ya que la sangre brotaba de manera incontrolable.

Una vez que terminó de remarcar, Voldemort se acomodó y cortó una fina capa de mi piel, una que me hacía retorcerme en cuanto la desprendió y el alcohol cayó sobre ella.

¿En serio valía la pena este dolor?

Para mi mala suerte, esto era apenas la mitad.

Otro mortífago se acercó con otra bandeja y está vez el señor oscuro tomó una pequeña antorcha, la bañó en el aceite más fuerte posible y luego le prendió fuego.

Pasó la antorcha por mí ya mal herido brazo dejando que parte de mis heridas se quemaran.

Apagó aquella cosa y me sonrió, parecía satisfecho con mi desempeño en mi iniciación, pero lo cierto era que mi tía Bella me había enseñado muy bien la oclumacia, o sea, el controlar tus sentidos al nivel de poder prohibirte sentir o expresar la mayor parte de sentimientos.

Un último mortífago se acercó y ya venía el final.

Tomó una de las tres jeringas y me la clavó en los puntos clave para que al ir inyectando la tinta, que estaba hecha a base de tinta de calamar y algunos químicos, se incrustara en mi piel y fuera literalmente parte de mí.

El punto de lastimar tanto la piel, era por el simple hecho, de que en cuanto "sanara", sería una cicatriz de por vida.

-Hoy, Regulus te conviertes en mortífago –Comenzó Voldemort –Me rendirás lealtad y obediencia pura ¿Has entendido?

-Sí, mi señor.

-Si osas quebrantar alguna de mis reglas, te mataré, pero antes mataré a tu familia, haré que agonices y disfrutaré ese sufrimiento ¿Entendido?

-Sí, mi señor.

Voldemort asintió y nuevamente se acercó un mortífago, llevaba un cofre que dejó frente a mí, me ordenaron abrirlo y dentro se encontraba mi mascara, la tomé y la ajusté asegurándome de tenerla acomodada.

Me levanté y me hicieron la entrega de mi arma, oficialmente era un miembro de la mafia de los mortifagos, no había vuelta atrás, prácticamente le había vendido mi alma al diablo.

-Ya no hay marcha atrás –Dijeron a mi lado y por los anillos reconocí a Draco.

El plan de Voldemort tenía dos fases, la primera era volver a tomar el poder y control sobre los territorios y la segunda era derrocar y tomar venganza en contra de los Peaky Blinders.

POV'S DRACO.

Mi brazo estaba vendado, aún me dolía pero el orgullo en el rostro de mi padre me había reconfortado, no podía evitar sentir que tal vez ahora podíamos ser más cercanos, ¿Por fin seríamos una familia unida?

-Sé que dolió, pero ahora estamos del mismo lado hijo.

-Lo sé padre.

-Las cosas cambiarán para bien Draco.

Suspiré y caminé con él al salón de las iniciaciones, no era estúpido y sabía que mis amigos también se unirían, fuese por lo que fuese, ahora todos debíamos pelear por un bien común.

Al terminar, nos reunimos en una mesa, donde nosotros no teníamos un lugar como tal y éramos rebajados a permanecer de pie a las orillas.

-Sé que están hambrientos de poder –Comenzó Voldemort desde la cabecera de la mesa –Pero aún deben ser un poco pacientes, la fecha para nuestro gran regreso ya ha sido fijada, todos participaran de acuerdo a lo que yo les ordene, la obediencia se les recompensará con el tiempo y la gloría pronto será nuestra.

En aquella junta se habló de cómo íbamos a actuar, sin embargo, también se encargó de recordarnos los castigos en caso de fallar, un pequeño escalofrió me recorrió el brazo, prácticamente teníamos que ocultar la marca y hacerlo en verano era algo complicado.

La Quinta Shelby: Secretos y MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora