Vestidos Y Trajes.

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POV'S DRACO.

Dos horas, llevaba dos malditas horas viendo como si fuera un acosador a Lilith, ella estaba en la prueba final de su vestido de dama de honor mientras que yo fingía estar sufriendo.

-¿Cansado? –Me preguntó mi madre.

-Demasiado, ¿Por qué mejor no sale con una bolsa de basura y ya? Así sería más rápido esto.

-Siempre tan amable –Respondió Lilith con tono sarcástico para luego apartar de nuevo la mirada.

Lo poco o mucho que había conseguido con ella en el verano se esfumó una vez que abordamos el tren.

Al principio fue demasiado difícil alejarme, ya que las primeras tres semanas ella buscaba sacarme plática, especialmente porque entró a pintura para llenar sus extracurriculares, tomó todo de mi hacerme el indiferente con ella, pero la conozco y si de algo carece es de paciencia, por eso no me sorprendió que luego de un tiempo ya ni siquiera los buenos días me daba.

Sus hermanos y Regulus eran la única conexión que teníamos, pero con la ausencia de todos y la poca disponibilidad de Mattheo, reunirnos o coincidir en algún evento era prácticamente imposible.

Además últimamente se la pasaba con sus "amigas", por lo que inclusive verla estudiando en la sala común era difícil.

-Listo señorita, mañana estará hermosa –Dijo el sastre y ella asintió.

Bajó de la plataforma en la que estaba y se encaminó a los vestidores, me hicieron una seña y subí para que hicieran los últimos retoques de mi traje.

-¿Te imaginas cuando el que se case seas tu?

-Mamá, por favor no empieces.

-Te queda un último año en la universidad.

-Lo sé.

-Y aún no has llevado a nadie a casa.

-Tu y yo sabemos que pronto no tendré tiempo ni para dormir, pero es por una buena causa ¿No?

-Sí –Respondió cabizbaja.

Mi relación con Voldemort estaba mejorando de forma apropiada, había descubierto puntos claves que nos ayudarían con la ubicación de varias reliquias, por lo que él estaba más que fascinado conmigo.

-Auch –Me quejé cuando sentí un alfiler.

-Lo siento joven.

-Tenga más cuidado –Reprochó mi madre.

A través del espejo pude ver el reflejo del vestido de Lilith siendo sacado por arriba, no pude evitar pensar en la imagen que me regaló la vez que estuvimos en el baño de prefectos.

No tardó en salir de nuevo y aunque ella no se dio cuenta, yo me deleité con el balance de sus caderas cuando salió por completo de la habitación.

La boda de Harvey era al día siguiente, por eso había viajado muy temprano con ella para estar presentes en la cena de ensayo, pero eso no nos salvaba del hecho de que la familia de mi madre había sacado su lado perfeccionista y ahora revisaban los detalles diez veces antes de aceptarlos.

-Terminamos, mañana se verá muy bien joven –Dijo el sastre y asentí.

Me quité el traje y salí con mi madre de la habitación.

-Sigo sin entender ¿Por qué no trajiste a Mía contigo? –Me reprochó de nueva cuenta haciendo que rodara los ojos.

-Ya te lo dije, con la prensa presente prefiero ahorrarme los chismes, además, si nos ven juntos de manera frecuente puedo arruinar sus posibilidades de cortejo.

La Quinta Shelby: Secretos y MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora