Especial Día De Muertos.

328 52 2
                                    

POV'S THOMAS.

27 de noviembre 1929, primer aniversario luctuoso de May.

Llegué tambaleándome hasta la cripta donde yacían los restos de amor de mi vida y me dejé caer en frente.

-Hola mi amor –Balbucee –Si te soy honesto no quería venir hoy, sigo sin asimilar que ya no estás y sin darme cuenta ya muchas cosas cambiaron en un año...

...¿Por dónde empiezo? Creo que lo haré con los niños, Tom y Azael están en Hogwarts, ambos en Slytherin, Mattheo comenzó a ser más inquieto y actualmente no tengo la paciencia para aguantarlo, pero tampoco creí justo llevarlo de vuelta con Lizzie, así que John y Esme lo cuidan.

Regulus dejó de convivir con nosotros y no lo he visto en un buen tiempo.

Y nuestra pequeña hija, bueno ella ya no está, mi madre se la llevó al otro lado del mundo y creo que está mejor ahí.

Perdóname, pero tuve que alejarla un tiempo ya que en ella solo te veía a ti, al principio la mandé a una escuela de señoritas, pero las cosas no resultaron como esperamos ya que hubo un asesinato y no me permití dejarla más tiempo en ese lugar.

Tú padre quiso llevarme a un juicio para quitarme la custodia, pero no contaba con que Vadoma sería más astuta.

Hablando de ellos, tus padres creo que ya lo superaron, no estoy al pendiente de ellos, pero tampoco he escuchado nada malo, tu hermano está en la misma situación.

Salvatore vino para tu funeral, pero jamás se acercó, él solo se quedó en la lejanía observando todo y hasta ahora no ha hecho acto de presencia.

Por mí no tienes que preocuparte, sé que en algún momento toda mi tristeza se irá y podré tratar de seguir.

Me siento como un cobarde por haber venido ebrio, pero jamás me hubiera atrevido a hacerlo si estaba en mis cinco sentidos, por favor perdóname por esto, prometo que con el tiempo vendré sin una sola gota de alcohol en mi cuerpo –Traté de levantarme y fallé -Te extraño mucho, extraño verte leyendo, verte escribir, escucharte cantar; extraño ver cuando hacías repostería con los niños; extraño ver tu rostro en las mañanas y sentir tus brazos a mi alrededor en las noches; extraño como fruncías el ceño y arrugabas la nariz cuando te ponías celosa; extraño admirarte mientras te arreglabas frente al espejo; extraño que entres a mi oficina y me regañes por trabajar mucho; extraño ver tus ojos cafés detrás del caballete cuando pintabas; extraño tener a mi esposa a mi lado.

Miré una vez más la placa con su nombre y no pude evitar llorar al caer en cuenta de que pasé un año sin ella, el primero de muchos más.

La Quinta Shelby: Secretos y MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora