Confesiones De Lilith.

278 50 10
                                    

POV'S LILITH.

Luego del atentado, mi padre tuvo un cambio repentino de acuerdo a mi educación, ya que, al día siguiente después de levantarme con una cubetada de agua fría, me entregó lo que sería mi nuevo "uniforme" y me hizo saber que toda mi ropa había sido cambiada de lugar.

En resumen, mi entrenamiento como Peaky Blinder comenzó y fue más difícil de lo que creí.

A pesar de que yo era la hija del jefe, todos tenían la instrucción de tratarme como "uno más" cosa que era desagradable ya que la mayoría de los aspirantes eran unos pobres diablos que si yo los rechazaba se encargaban de hacerme la vida imposible.

Mis entrenamientos físicos eran agotadores, pero no podía quejarme o me duplicarían mis series.

En cuestión de trabajo, al igual que todos, tuve que iniciar en las caballerizas y era horrible tener que apalear la mierda de caballo durante cuatro horas seguidas, para luego tener que hacer guardias nocturnas entre los diferentes pubs, sin mencionar que también me alimentaban como ellos y más de una vez estuve por vomitar el estofado de carne.

Durante esas semanas, mi único y gran consuelo era tener a Larissa, ella me tenía un baño preparado cada madrugada y solía esconderme comida en mi habitación, además de que en mi día libre ella se encargaba de arreglar mi cabello y hacerme sentir mejor luego del trabajo duro.

-Muy bien, ya se pueden ir a sus debidos patrullajes –Dijo Luther, mi oficial al mando -¿A dónde crees que vas? –Me tomó de la solapa de mi traje y me devolvió a mi lugar -¿Cuándo dije que bajarías al sótano?

-¿Por qué no puedo bajar? –Pregunté exasperada –Llevo el mismo tiempo que Hich y Kyle, ¿Por qué mis tareas son diferentes? Si cumplo con todo.

-Hay órdenes específicas del jefe, tú no puedes bajar al sótano.

-El jefe es mi padre.

-El jefe es Thomas Shelby, tu padre es diputado, no mafioso.

-Es ridículo.

-Calle 15.

-No lo haré, odio ese sector.

-Lilith, ya te lo dije, debes obedecer.

-Estoy harta de hacerlo, soy tu mejor soldado y lo sabes, jamás me embriago en mis rondas y cumplo con las 60 horas de servicio.

-Calle 15 –Repitió sin darme lugar a refutar.

Bufé y salí del Garrison.

Por alguna extraña razón, mi instinto gitano me decía que si Thomas no me quería en el sótano era por algo y yo quería descubrir el por qué.

-¿No se supone que ascendieron a tu pelotón? –Se burló Peter al verme llegar a la calle a nuestro mando.

-Cállate.

-¿La princesa no fue ascendida?

-Dije que te calles.

-Dime de una vez, ¿Qué error cometiste para que tu padre te rebajara a esto?

-No es de tu incumbencia.

-Estoy seguro de que jamás habrías pisado esta calle de no haber sido enviada a entrenamiento.

-Si vuelves a hablar te cortaré la lengua.

-Eres demasiado baja para que me den miedo tus amenazas –Se burló el pelirrojo de 1.80 y yo rodé los ojos.

Peter era un chico escoses que había emigrado por una mejor vida, sin embargo, él no sabía que su padre tenía problemas con los Peaky Blinders y fue usado como moneda de cambio, él era prácticamente propiedad de mi padre y era entrenado para ser un buen elemento.

La Quinta Shelby: Secretos y MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora