Taller De Pintura

343 54 3
                                    

POV'S TOM.
Habían pasado ya algunas semanas desde mi incidente y desde que Arón me había "visitado".

El aroma del ungüento que Emily me ponía llegó a mi y la frescura me causó escalofríos.

-Sigo sin entender porque me pones esto, especialmente si dices que quieres ser médico - Dije mientras cerraba los ojosy disfrutaba de la sensación.

-La medicina no siempre fue química, todo viene de las plantas, por eso agradezco que tu tía me haya enseñado sobre medicina gitana.

-¿Has sabido algo de Arón?

-Según Jayden ya no se le ha visto en la ciudad.

-Bien.

-¿Algún día me vas a explicar lo que sucedió ese día?

- Simplemente fue orgullo varonil, no hay nada de que preocuparse.

- Buenos días - Reconocí la voz de mi hermana.

-Y llegó mi relevo - Bromeó Emily.

Escuché qué se saludaron y luego el ruido de la puerta me hizo entender que Diggory se había ido.

-¿Cómo va todo? - Le pregunté a mi hermana en cuanto se sentó frente a mí.

- Para ser honesta ha sido un poco pesado el movimiento en la empresa.

-¿Por?

-¿Conoces a Jessie Eden?

- Es sindicalista ¿Cierto?

-Sí y hace un par de días llamó a huelga, por lo que hubo reclutamiento masivo.

-¿Quién se hizo cargo?

-Billy, pero los gemelos le dieron apoyo.

- Escuché que papá convocó a una reunión hoy.

- Sí, pero yo no estaré ahí,  según él, solo los socios principales pueden asistir.

- ¿Y estás bien con eso?

- No,  pero Thomas Shelby ha dejado en claro que no va a tolerar mi desobediencia.

-¿Aún no se reconcilian?

- Es difícil,  cada día hay más cosas por las que discutimos.

- Lo imagino.

- En fin,  tengo que irme - Se levantó y sacudió su falda.

- Lilith.

- ¿Si?

-¿Has tenido contacto con Arón?

- No realmente,  liego de que vino a verte solo nos cruzamos un par de veces,  ¿por qué?

- Por nada.

- Bueno,  nos vemos luego.

Asentí y ella salió, aunque por una extraña razón me sentí un tanto inquieto.

POV'S LILITH.
Llevaba cerca de tres semanas de investigación independiente debido a algunas inquietudes qué tenía con respecto a los trabajadores, cosa que me llevó a crear algunas propuestas para no tener pérdidas por la mano de obra.

Unos golpes en la puerta de la oficina me hicieron levantar la mirada del escritorio.

-¿Ocupada? - Preguntó Billy.

- Un poco,  ¿Necesitas algo?

- Era solo para decirte que tu padre ya se fue y que yo también ya voy de salida.

-¿Te pidió decirme algo?

- Que te fueras a casa.

- Lo imaginé, pero ahora mismo no puedo hacerlo, hay archivos que aún debo revisar pero que no puedo llevar a casa conmigo,  cuando lo veas dile  que me quedé un poco más.

- Sin problema.

- Gracias,  Billy.

- Nos vemos -El rubio me dio una última sonrisa y luego se marchó.

Pasaron un par de horas y el encargado de la fábrica entró un tanto agitado.

-¿Qué sucede? - Pregunté asustada al verlo de esa manera.

- Hay disturbios en el taller de pintura,  parece que quieren incendiar el lugar.

-¿Qué? ¿Ya se lo notificó a mis primos?

- Lo siento señorita,  pero ahora mismo usted es la única Shelby en la planta.

- Está bien,  iré a ver que pasa,  mientras usted notifique a mi familia.

El hombre asintió y corrió en busca de más ayuda.

Salí y fruncí el ceño al ver que Isiah no estaba cerca,  pero debido a la urgencia no lo esperé y me fui al taller.

Al llegar, el color rojo estaba siendo esparcido a punta de cubetazos por todo el lugar.

-¿Qué creen que hacen? - Reproché y aquellos hombres me ignoraron por completo.

Miré a mi alrededor y lo primero que vi fue un maso, por lo que lo tomé y comencé a hacer ruido, provocando qué ellos se alertaran y al instante corrieran.

- Cobardes -Susurré.

Di la vuelta pero el sonido de algunas pisadas provenientes de una de las puertas qué daban a la zona de carga me hicieron volver.

-Shelby -Pronunciaron mi nombre unos hombres con máscaras plateadas.

Máscaras qué rápidamente los identificaron como Mortifagos, haciendo qué yo temiera de inmediato por mi vida.

Uno de ellos subió un arma y me tiré al suelo en cuanto sentí que comenzaría a disparar.

Ellos se acercaron y tenían ventaja al ser dos, sin embargo, noté qué ambos quedaron un tanto sorprendidos en cuanto comencé a defenderme, supongo que no esperaban qué lo hiciera.

Logré desarmarlos pero no me salvé de recibir algunos golpes.

Uno de ellos terminó encima de mí y comenzó a estrangularme, por lo que mi capacidad respiratoria era cada vez más nula, mientras qué el otro se encargó de esparcir aun más pintura.

Estiré mi brazo en busca de algo que pudiera ayudarme y afortunadamente volví a tomar el maso y sin dudar le di un golpe certero a mi atacante y se alejó haciendo qué yo pudiera volver a respirar.

- Maldita perra - Masculló el otro y también intentó abalanzarse sobre mí,  pero fui rápida y rodé de forma en que él terminó chocando contra el tanque de pintura.

Volví a ponerme de pie y accioné el sistema de vaciado por accidente haciendo qué el contendor principal comenzara a llenarse.

Traté de correr hacia la salida,  pero un brazo me lo impidió al rodearme por detrás.

Una vez más tuve que forcejear y aquel mortifago sacó un cuchillo pero fui más rápida y lo empujé haciendo qué cayera en la pintura.

Cómo pude lo retuve un buen rato,  con la única motivación de ahogarlo.

El otro se recuperó del golpe qué le había dado y me regresó al suelo golpeando mi cabeza con la parte tarea de su arma.

Lo vi a los ojos y mi cuerpo entero tembló cuando me apuntó con el arma,  se escuchó un disparo y cerré los ojos,  sin embargo, jamás sentí dolor y cuando los volví a abrir,  alguien más había disparado.

-¿Salvatore? -Susurré y el se acercó, no sin antes también matar al otro dentro de la pintura -¿Qué haces aquí?

- Por lo visto, salvando tu vida.

La Quinta Shelby: Secretos y MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora