El Secreto En El Corazón De Thomas.

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POV'S THOMAS.

En cuanto me aseguré de que Lilith no tenía forma de escaparse, tomé mi portafolio y salí de la casa con rumbo a la de apuestas.

Al llegar al lugar, varios Blinders custodiaban la puerta y sin decir ni una palabra me dieron acceso.

La única luz provenía de mi oficina y al acercarme, noté que mis sospechas habían sido ciertas.

Entré, dejé mis cosas en mi escritorio, me senté en mi silla y noté como la persona frente a mi trataba de disimular sus nervios.

-¿Fue por miedo o por odio? –Pregunté sin rodeos.

-¿De qué habla? –Respondió la persona que solía administrar en mi ausencia.

-Finn –Pronuncié y mi hermano me extendió un boleto de tren para luego regresar a su lugar –Tiene un boleto de tren para Glasgow –El hombre frente a mí solo asintió y supe que tenía que empezar a presionarlo si es que quería hacerlo hablar –Tu familia se fue hace tres días –Ante la mención, él levantó la mirada y noté que tragó duro –Ahora, te lo preguntaré de nuevo, ¿Fue por miedo a los mortifagos o por odio hacia nosotros que abriste la puerta y trataste de entregar a mi hija?

-Yo no abrí ninguna puerta.

Me levanté y de mi licorería serví un trago de mis mejores whiskeys.

-Toma un trago –Dije y le puse el vaso enfrente –Lo necesitarás –Pero él negó una vez más –Calle Drumcrees 25, Park End, Glasgow –Volví a usar su punto débil y funcionó.

-Por favor, por favor, por favor –Comenzó a suplicar.

-Tenemos alianzas con pandillas en esa ciudad, tu familia está a salvo solo porque yo lo dispongo así –Sentencié y le hice saber que no estaba jugando –Ahora, explícame por qué ibas a tomar el tren de medianoche a Glasgow.

-¿No lo sabe? –Preguntó con tono de burla –Trabajo en una fábrica con esquiroles no sindicalizados, vivo en una calle llena de hombres despedidos o en huelga –Masculló con impotencia.

De mi cajón saqué fotos de mis posibles sospechosos como mortifagos y se las puse en frente.

-Mira la fotografía, Devlin, y dime quién te contrató.

-No, escúcheme –Me interrumpió –Me escupieron, rompieron mis ventanas, quemaron mis cortinas, pero vengo a trabajar todos los días por temor a usted, hoy mataron e incineraron a dos hombres en mi turno ¿Y me pregunta por qué me iré a Glasgow?

No respondí nada y lo vi fijamente hasta que no pudo sostenerme la mirada.

-¿Quién más tenía las llaves?

-Están colgadas dentro de mi oficina, hoy la dejé abierta.

-¿Por qué?

-Porque lo olvidé, porque me fui corriendo, había hombres queriendo incendiar la fábrica, señor Shelby, ¿Puedo decirle algo? –No dije nada pero él tomó aire antes de seguir –Tiene muchos enemigos, comunistas, mortifagos –Mi silencio hizo que el resoplará un poco y luego siguió –Antes de que la fábrica entrara en huelga, escuché que dos personas externas al proletariado asistieron a la reunión del partido comunista y que apenas y se involucraron con los trabajadores, si tienen a alguien dentro de la fábrica quizá esa persona les abrió la puerta –Asentí y Devlin se veía más relajado –Señor Shelby, el tren sale a las 12, recién son las 11, aún puedo llegar, por favor, por mis hijos.

-Te necesito aquí –Sentencié –Finn, que tres de nuestros hombres cuiden la casa del Señor Devlin.

-Señor Shelby, por favor.

La Quinta Shelby: Secretos y MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora