La Quinta Shelby: Secretos y Mentiras

Escalar.

-LILITH –Escuché que me gritaron en el aeropuerto y con la mirada busqué a la persona.

-¿Billy?

-Qué bueno que aún estás aquí –Dijo mientras tomaba aire ya que venía corriendo.

-¿Pasó algo?

-No, pero quería pedirte algo.

-Dime.

-¿Puedo irme contigo a Francia?

-¿Qué?

-¿Recuerdas a Kristin?

-¿Tu amigo alemán?

-Sí, bueno, hace poco me mandó una carta y dijo que fue a Francia a vacacionar y me gustaría sorprenderlo.

-¿Y está en parís? Porque es a donde yo voy.

-Sí así es.

-Está bien, ¿Tienes boleto o quieres que lo compremos? ¿Tus padres saben esto?

-Papá sí, pero mi madre no, con mi dinero me compré un boleto en clase general para no levantar sospechas.

-Aún falta para que salga el vuelo, iremos por un boleto de primera clase, mientras tu ve a documentar tu equipaje.

-Muchas gracias prima.

-De nada, pero si tu madre me odia, más te vale decirle la verdad.

-Prometo que así será.

Mientras Billy se dirigía al área de equipaje, Jeremiah me acompañó por otro boleto y luego nos vimos de nuevo en la zona de abordaje.

-¿Pasa algo? –Le pregunté a Jeremiah.

-Hasta aquí llego yo señorita.

-¿Por qué?

-Alguien más la estará cuidando en Francia, que tenga un buen viaje.

-Gracias Jeremiah.

-Estaré aquí cuando vuelva.

-Ya lo creo.

Crucé con Billy y mientras esperábamos un poco más, él me estuvo hablando sobre Kristin y en serio se le veía enamorado.

El vuelo a Francia se me hizo corto, aproveché el tiempo para hacer una carpeta con ideas para Donna, en serio quería recompensar el tiempo que no pude ayudarla.

-Es hermoso –Suspiró Billy cuando sobrevolábamos la ciudad.

-¿Es tu prime viaje Billy?

-Internacional sí.

-Bueno, ¿Qué te parece si luego de dejar las maletas damos un recorrido? –Le pregunté ya una vez que habíamos recogido todo.

-No te preocupes, me las arreglaré solo.

-¿Estás seguro?

-¿Olvidas que soy mayor que tú?

-Muy bien niño grande –Me burlé y comencé a escribirle una nota –Si me necesitas, aquí viene el lugar donde estaré y los teléfonos de la casa.

-Gracias prima, por cierto ¿Crees que si sea muy necesario que hable francés?

-Puede que los parisinos te vean feo, pero muchos entienden inglés.

-Está bien, de nuevo muchas gracias.

Me dio un abrazo y le indiqué donde estaba la salida, luego me puse a buscar a la persona que "me cuidaría" durante mi estancia aquí y una sonrisa ladeada acompañada de unos rizos rubios me ayudaron con eso.