Mamá Polly.

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POV'S POLLY.

Luego de que perdí a mi hija hace tantos años, mi único consuelo había sido haber criado a Ada y Lilith, sin embargo, a pesar de que las amo con toda mi alma, jamás pudieron llenar mi vacío ya que bueno, ambas tenían a sus respectivas madres.

Habían pasado ya algunas semanas desde que Lavender llegó a mi casa y, a decir verdad, entre ella y Emily me daban la alegría y felicidad que tanto había anhelado.

Me gustaba que a Lavender le ayudaba a elegir su ropa, o que ella misma me proponía ir de compras y pasar tiempo juntas, mientras que con Emily no podía sentir más que orgullo cuando me pedía ayudarla a estudiar para el examen de medicina que estaba próximo.

Esas dos chicas llegaron a mí indefensas, temerosas y algo desconfiadas, pero el tiempo y su aceptación a dejarse ayudar por mí hizo que nos volviéramos unidas.

Era domingo, por lo que asistía con ellas a la iglesia, sin embargo, nos llevamos la sorpresa de ver a Daphne fuera en su jardín.

-Buenos días –La saludé y ella se sobre saltó un poco.

Su rostro estaba completamente pálido, tenía ojeras y sus labios estaban resecos.

-Buenos días, a todas –Respondió decaída.

-Daphne, estamos por ir a la iglesia, ¿No quieres acompañarnos?

-No estoy presentable para ir.

-Tonterías, ven, acompáñanos –Le extendí la mano y ella miró su casa, suspiró pesadamente y la tomó.

Era la primera vez que aceptaba alejarse de su nuevo hogar, por lo que con una mirada le dije a mis niñas que no quería que la fueran a presionar.

Las habladurías y chismes eran algo meramente normal en la sociedad por lo que no dudé en irónicamente asesinar con la mirada a las personas que nos veían mal en la iglesia.

POV'S DAPHNE.

El embarazo sentía que estaba matándome, el cuerpo me dolía todo el tiempo, no podía comer nada y todo me irritaba con facilidad.

Salir al jardín delantero solía ayudarme a distraerme, sin embargo, poco a poco sentía que eso ya no era suficiente y por ello acepté salir con Polly.

Ciertamente jamás fui alguien muy religiosa, menos porque durante un buen tiempo fui prácticamente una ramera y me acosté con Dios sabe cuántos durante la universidad.

La ceremonia religiosa transcurrió como normalmente lo hace, sin embargo, durante la homilía mis hormonas me traicionaron y lloré en cuanto el párroco habló sobre el valor de la familia y lo sagrada que esta era ante los ojos de Dios.

Al terminar, le pedí a Polly un poco de espacio y ella dijo que se adelantaría, pero me esperaría en el atrio, a lo que yo asentí.

Caminé hasta estar lo más cerca del altar y me hinqué.

-Señor, sé que tengo años sin siquiera comulgar de corazón, el día de mi boda no puse atención a tu palabra debido a que estaba muy ocupada tratando de no enloquecer, te pido que por favor me ayudes en mi matrimonio, odio tener que gritarle a mi esposo cada noche que el vuelve con el olor a alcohol por todo su ser –Pedí con desesperación –Por favor, permite que el bebé que llevo en mi vientre nos pueda unir, no quiero que este niño o niña crezca sin un padre que lo ame –Terminé, me persigne y salí.

-Toma, te compramos un chocolate –Me lo extendió Lavender.

-Gracias.

-Polly volverá en un momento, entró con Emily a la librería.

-Entiendo, por cierto ¿Cuándo llegaste?

-Hace un par de semanas.

-Lavender, no sé si alguien ya te lo dijo, pero creo que lo mejor es que te marches pronto.

-¿Por lo de la mafia?

-Espera ¿Ya lo sabes?

-Digamos que Emily no es para nada sutil y suele hablar mucho si está nerviosa.

-¿No te molesta? ¿O no te da miedo?

-Miedo si tengo, pero los Shelby son prácticamente todo lo que tengo, así que prefiero la familia de mafiosos a estar sola en Londres.

-¿Puedo preguntarte algo?

-Dime.

-¿Sabes algo de mi familia?

-La verdad, la última vez que los vi, tu hermana, Astoria, parecía estar depresión, escuché que Arón la abandonó.

-Pobre Tori, me hubiera gustado estar ahí para apoyarla.

-Pronto acabará esto –Dijo ella tomando mi mano.

-Eso espero.

-Por cierto, ahora que parece que comienzas a sentirte mejor ¿Crees que puedas darme tutorías para el diseño de modas? Digo, al fin y al cabo, tú te graduaste en eso.

-Hace meses que siquiera diseño, no sé si yo sea buena maestra.

-Por favor, acepta, estoy a nada de volverme loca en casa con todos los términos de medicina.

-¿Por qué mejor no te distraes con Lilith?

-Porque ella está muy enfocada en el proyecto de los sindicatos con su tía Ada, parece que su propuesta está teniendo buen recibimiento, además también ayuda a Tom para sacar el trabajo de Charles.

-Ya veo.

-Listo, vámonos chicas –Habló Polly y las alcanzamos.

Durante el trayecto de vuelta a casa, Emily también me contó sobre el cómo había sido su vida en Birmingham, según ella, poco a poco uno podía tomarle cariño a la ciudad.

-¿Por qué no vienes a almorzar con nosotras? –Me invitó Lavender.

-¿De verdad?

-Por supuesto –Siguió Polly.

El haber tomado aire fresco me había sentado muy bien, hasta cierto punto me había ayudado con las náuseas, además de que la soledad de la casa solía dolerme, por lo que asentí y caminé con ellas hasta su casa.

No tardé en maravillarme ante lo hermoso que era aquel hogar por dentro, transmitía mucha calidez y sonreí al sentirme bien ahí.

El señor Aberama y Bonnie fueron los que sirvieron la mesa, por lo que también me quedé sorprendida y aunque al principio tuve miedo, agradecí que aquella comida pude disfrutarla muy bien y sin querer correr al baño después de cada bocado.

Al terminar, Polly me explicó que me sirvió un té perfecto para embarazadas, con curiosidad le pregunté algunas cosas sobre esta nueva etapa en mi vida y ella me respondió todo con calma y mucha paciencia, así mismo me dio consejos y yo se lo agradecí mucho.

Al día siguiente, Lavender se apareció en mi puerta, al poco tiempo descubrí que al igual que yo estaba aburrida y desesperada por hacer algo en aquella ciudad, por lo que accedí a que me ayudara a remodelar mi casa, ya que al final de cuentas, yo también necesitaba una distracción.

La Quinta Shelby: Secretos y MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora