La prostituta de la calle 224

III

Soberbia

La adolescente peinó su cabello, se lavó obsesivamente las manos y el rostro hasta que se viera perfecta. Era como su novela de Shackspere, cuando se encontraba Julieta con la mirada de Romeo. Ese cosquilleo que le inundaba el corazón y de mariposas el estómago. Sin saber que más hacer ese nuevo día, se levantó temprano y fue a buscar flores un poco más lejos, buscando con la mirada al caballero. Pero no lo pudo ver, algo decepcionada se disponía a regresar a la casa cuando escuchó nuevamente la voz.

- ¡Eres tú! La chica de las flores... - dijo el pelirrojo

Avergonzada se giró la inocente en busca del hombre. A solo unos metros lo pudo ver, al muchacho que le había dado un beso.

- Joven Kurosaki... - dijo tímida la mujer

- ¿Me puedo sentar contigo...? - dijo el de ojos avellana

Esto la puso nerviosa.

- Sí quiere... pero, va a manchar su traje... - dijo la dama

- No te preocupes por eso. Vale la pena por una niña tan linda como tú... - dijo el hombre al sentarse junto a la adolescente

Coqueto el caballero le dio una flor rosada como el vestido de la doncella. Halagada solo sonrió con rubor en sus mejillas.

- Gracias joven Kurosaki... - dijo la ingenua mujer tomando la planta entre sus dedos

Así comenzaron a platicar, de cosas simples. Tan común como su color favorito, su comida favorita, como la forma de las nubes, como el olor de las flores y el clima. Después de un corto tiempo los dos debían irse a sus casas, entonces se prometieron volver a verse al día siguiente. Solo se despidieron, dando Ichigo un beso al dorso de la mano de Orihime. Así comenzaron sus reuniones secretas, no duraba más de 30 o 40 minutos en el jardín, no eran grandes conversaciones, sólo eran tiernas charlas sobre su vida cotidiana. Más de una de las experimentadas mujeres notó lo emocionada qué estaba siempre la adolescente al salir al jardín.

- ¡Señorita Inoue! ¡Venga un momento...! - dijo Lisa

- Sí, ¿dígame...? - dijo la inocente chica

- No sé qué hagas cuando vas por las flores, pero se que te haz visto con alguien... - dijo la de gafas

Esto de inmediato sonrojo a la pelirroja.

- Solo platicó con el joven Kurosaki... - comentó la de ojos grises

- Ten cuidado. Al principio es muy hermoso estar enamorada, pero los hombres son traicioneros. No confíes en ese muchacho... disfruta esa felicidad, pero no creas en sus promesas... - dijo la de cabello negro

Algo confundida la pequeña solo afirmó con la cabeza. Entonces siguió su camino hacia el ático, repasó cada uno de sus libros de cuentos. Especialmente la novela de Shackspere. ¿Acaso estaba destinada a ser una víctima de la tragedia? ¿El amor sólo podía ser dolor y sufrimiento? No quería pensar demasiado en eso, así que sólo miraba por la ventana. Su hermano fue a verla luego de un comentario de la mujer de lentes.

- ¿Todo bien Orihime...? - dijo el caballero

- Sí... solo veía el camino... sabes, me preguntó hacia dónde va... - dijo la distraída chica