XLIV

31 5 6
                                    

Terrible libertad

Cuando por fin fue liberado de su tiempo en prisión, no estaba muy bien emocionalmente Kurosaki. Entre los acuerdos que el notario estableció en el acta de divorcio, el médico tenía derecho a ver los fines de semana al bebé, bajo supervisión de una autoridad. No podía ver a la chica, ni hablar con ella, lo máximo que podía hacer era enviarle cartas o telegramas. Por lo que molestó fue a la notaria para buscar a su cuñado.

- ¡Byakuya! ¡Ábreme...! - exclamó el pelirrojo tocando la puerta con fuerza

Los transeuntes miraban murmurando por lo que había salido en el periódico. El pelinegro respiró hondo y fue a atender la entrada.

- ¡Deja de gritar! ¿No tuviste con el último espectáculo que diste en casa de Ulquiorra? - dijo el abogado

- ¿Quiero saber qué es todo esto? - dijo el intruso con los papeles en la mano

- ¡Exactamente lo que es! En toda tu vida te puedes acercar a Inoue o Kazui... Y como la presentó el procurador del estado no importa a donde vayan es válida la orden... Sí te refieres al divorcio, ¡mi hermana menor apenas está con vida... por tu culpa! ¿¡Creés qué te voy a dejar que la veas después de que abusaste de mi amante!? ¡Maldito enfermo...! - exclamó el de ojos rasgados

- ¿Cómo? ¿Qué le pasó a Rukia? - dijo confundido el médico

- No haz leído los diarios, ¿verdad? Todo el mundo sabe que Rukia dio a luz... por el susto de oír lo que hiciste... No, de lo que eres capaz de hacer... - dijo el notario

- ¿Rukia y el bebé? ¿Cómo están? - dijo angustiado Ichigo

- Están delicados... Mi hermana menor va y viene en la conciencia... No ha podido firmar, pero por agravantes será fácil obtenerlo... Tengo jueces, policías y fiscales de testigos... Solo quiero las cosas de mi hermana menor, voy a sacarlas personalmente... No puedo negarte ver a tu hijo... pero no lo mereces, ni aunque el pequeño Neithan sobreviva... - dijo el pelinegro

- ¿Es prematuro? ¿Ya tiene nombre? ¡Déjame ver a Rukia...! - dijo el de ojos avellana

- No está aquí, sigue delicada... Y no te diré donde está... Sí llamó a la policía... no volverás a verla ni a tu hijo jamás... Así que no te conviene ponerte difícil... Vamos a tu casa... Ya cuando esté bien te notificó... - dijo el abogado

Kuchiki tomó unas maletas e hizo señas a una sirvienta. De mala gana Ichigo, ante la mirada de los caminantes y sus murmullos, decidió hacerlo sin protestas. Cuando llegaron, unos pasos más allá se quedó la empleada, mientras el pelinegro guardaba las pertenencias de la chica. El médico no estaba feliz con eso, al pensar preguntó antes de que Kuchiki se fuera con la doméstica.

- Sí ella no a firmado, ¿cómo se supone que tienes eso? - dijo el de ojos avellana

- Muy simple. Gracias a tus propias palabras y... acciones el día de la fiesta... Yo como su abogado y un juez de lo civil amigo mío firmó... Como una medida cautelar en tu contra... - comentó el pelinegro

- No voy... - dijo Kurosaki cuando lo interrumpió su cuñado

- A firmar... Como dije es una medida de prevención... En pocas palabras, si algo les pasa a mi sobrino o a Rukia, tu eres el culpable... Así que eso igualmente genera el divorcio... Tú ya nada tienes que ver con mi hermana... solo con Neithan... por desgracia... - dijo el notario antes de dejar la casa junto a la sirvienta

La prostituta de la calle 224Donde viven las historias. Descúbrelo ahora