XV

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Robó

No había visto con atención a la chica. Realmente se parecía al niño, pero también le recordaba a alguien que conocía. No le dio mayor importancia, iba a reclamar su mala noche cuando intervino el ojiceleste.

- Gracias... por la atención... pero no es un buen momento. ¿En qué habitación puede bañarse Ulquiorra? Solo... - dijo el ganadero

- La última del pasillo... - respondió algo nerviosa la pelirroja

Entonces salió Odelschwak a hablar con Inoue de lo ocurrido anoche. Esto le causó mucho estrés a la dueña, ese hombre iba desquitar su rabia de alguna manera.

- ¡Tengo una reunión temprano! Y ustedes inútiles... siguen sin arreglarse... - dijo el molestó periodista entrando al cuarto indicado

Inoue llamó a sus sirvientes para tratar de manejar la situación.

- ¡Alessandro! ¡Mosqueda! Empiecen a preparar el desayuno... por favor... - dijo la pelirroja

- Enseguida señorita... - dijeron al unísono los dos sirvientes

En sus cuartos los otros chicos ya se ponían de pie y se bañaban. Pero el de cabello azul detuvo a la dama.

- ¡Oye! Ulquiorra estaba muy enojado anoche... no sé que desastre haya dejado... pero será mejor que no le reclames... es un hombre muy poderoso... yo pago los daños... - dijo Jaquen antes de entrar a la habitación

Alarmada bajo las escaleras, pero no encontró nada inusual. Solo una botella en el suelo vacía y una copa. Probablemente era aquello, aunque no podía dejar pasar ese whisky, era muy caro, así que tendría que cobrarle al ojiverde. Neliell tomó la ropa del ganadero y la puso junto a la puerta del baño, las pocas prendas de Ciffer las llevó a la otra alcoba dejándolas en la cama. Salió tan rápido como pudo de ese lugar. Sí la atrapaba, no sabía de lo que era capaz el hombre. Una vez los caballeros estuvieron listos, fueron al comedor, al ver la cara del investigador todos supusieron qué estaba de mal humor.

- El desayuno esta listo... en un momento más les servimos... - dijo el de bigote

Las chicas ya se alistaban para atender a los clientes. Que no dejaban de ver al más pequeño. La de ojos grises no podía notar la diferencia, entre su carácter normal y su enojo, así que fue a decirle sobre la botella. Sin embargo todos sus compañeros negaron con la cabeza, el ojiceleste la tomó por los hombros y la hizo a un lado. La atrapó entre sus manos el de cabello azul apenas a centímetros el uno del otro.

- No le vayas a decir. Nos gusta este lugar... a los chicos y a mí... no queremos que lo cierren por una mala noche... yo por mi parte lo pasé muy bien... pero Ulquiorra es capaz de muchas cosas... - dijo el ganadero

- Es que no hizo nada. Bueno no hay nada roto... solo esta vacía esta botella de whisky... es muy costoso... - dijo la doncella

- Sí, lo entiendo... Toma (puso un billete en la mano de la chica) pero tú eres quien no entiende, Ulquiorra puede escribir algo en el diario, hacer un escándalo y con la ayuda de Stark, clausurar este lugar... ese hombre, tiene poder e influencias incluso en la iglesia... católicos, protestantes... Lo he visto destruir a otros, créeme cuando te digo no te conviene como enemigo... - dijo el caballero

Acomodó su traje el ojiceleste y regresó a su mesa. Esto incómodo a Inoue, solo vio el billete, era de $200 dólares, apenas cubría el whisky. Entre los hombres en la mesa había una ligera tensión, no sabían que había pasado, Jean solo les susurro al oído.

La prostituta de la calle 224Donde viven las historias. Descúbrelo ahora