XIV

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Choque

- ¿Cómo podías saber que vendría...? - dijo el ojiverde

- Mi mamá me dijo que un hombre de fina efigie y un elegante traje vendría un día... Ese hombre iba a hacer dos cosas conmigo... una, me llevaría con él... separándome de mi mamá... o la segunda... me iba negar... simplemente iba a rechazar qué soy su hijo... - respondió el menor

Eso puso a pensar al caballero. Tenía sentido lo que el menor decía. La prostituta se relacionaba con personas muy importantes como su amigo Stark, Byakuya, el hermano mayor de su prima Rukia, quien estaba por casarse; sin embargo ninguno de estos hombres aceptaría como su esposa a la pelirroja por el oficio que ejercía. No era una dama de sociedad, además tenía un niño ilegitimo, sí no tenían heredero como en el caso del notario, probablemente buscaría a su bastardo; pero solo al niño rechazando el conocer a la mujer. Pensando en eso decidió la siguiente pregunta que quería hacer.

- Entiendo. Pero, ¿por qué crees que yo soy tu padre? Estoy seguro que no soy el primer hombre de clase alta que conoces... - dijo un tanto arrogante el periodista

El dulce aunque inteligente menor contesto seguro.

- Es muy simple señor... mi madre me dijo como era mi padre... - dijo el infante

El pelinegro pensó precipitadamente que se trataba de una descripción, probablemente lo estaba confundiendo con Byakuya, tenía la edad en la que el hombre había quedado viudo y que había conseguido una joven amante. Él sabía de aquellos rumores, por lo que no le sorprendió demasiado, aunque no esperaba la respuesta del chico.

- Mi madre me dijo que aquel hombre no sonreía. Era serio y de pocas palabras. De fuerte personalidad y temperamento, pero sobre todo... que iba a poder distinguirlo porque en sus ojos aunque de un color único, estaban vacíos... carentes de toda emoción y sentimiento... en esos ojos no podría ver mi reflejo... solo eso... vacío... Por eso se que es usted. Desde mi habitación y las pocas horas que puedo salir he conocido a unos pocos hombres, pero ninguno con ese vacío en el alma... - dijo firme el pequeño

Esas palabras desarmaron por completo a Ulquiorra. Su mente se quedó en blanco. Jamás pensó que en su mirada tantas veces admirada por mujeres interesadas no hubiera un solo sentimiento. Aquello incluso le causó nauseas, no podía creer que fuera un hombre con tanto dinero pero sin nada en el alma.

- Yo... yo no... yo no puedo... no es posible lo que me estás diciendo... solo... - dijo aturdido el caballero

- Ese es el problema señor. Usted está solo... ¡porqué no le importan los demás! Sus acciones tiene consecuencias... ¿lo sabía señor...? ¡Pero todo lo que hace lo hace sin pensar! ¿¡Acaso alguna vez pensó en lo que hizo y miró atrás para medir las consecuencias de sus acciones!? No es así, ¿verdad? Señor... - dijo molesto el pelirrojo

Totalmente confundido el investigador pensó una y otra vez en las mujeres con las que se había acostado. Él no era un mujeriego como Grimillow o Noitra, si había tenido un par de novias, se había acostado con algunas mujeres, ciertamente nunca había pensado si alguna había quedado embarazada.

- Espera niño... - dijo claramente desconcertado el ojiverde

- No soy "niño". Soy Inoue Kazui... hableme de forma educada y apropiada señor... - dijo serio el menor

La prostituta de la calle 224Donde viven las historias. Descúbrelo ahora