IX

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Rodé los ojos, estaba dispuesta a salir de la habitación para ir a mirar a la sala o incluso a la cochera

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Rodé los ojos, estaba dispuesta a salir de la habitación para ir a mirar a la sala o incluso a la cochera. Conociendo a mi hermano pudo haber dejado su mochila en cualquier parte de la casa. Me sostuve de esta ante el fuerte movimiento provocado, casi terminé de espaldas en el suelo y lo peor ahora estaba todo a oscuras. Optimus comenzó a iluminar la habitación de mi hermano dejando todo exageradamente claro, si como si la luz de un super robot no fuera a pasar de ser percibida en medio de toda esta oscuridad. Me tense al escuchar la voz de papá, estaba ligeramente molesto.

— Ya apaguen esa luz ¿Quieren? Por favor... - Mis nervios estaban aumentando.

— Escóndete. – Ordeno Sam a Mikaela.

— Hijo empezara a contar si no abres la puerta. – Sam corrió para poder abrirle la puerta a nuestros padres, yo por mi parte me puse audífonos fingiendo escuchar música a todo volumen.

— ¿Qué pasa? ¿Y eso para que?

— ¿Con quien hablas?

— Contigo y Sami esta adentro.

— Oímos voces y ruidos y creímos...

— No me importa lo que crean ¿Qué era esa luz?

— ¿Qué cual luz? – Alce la vista encontrándome con los ojos de mi madre. Me quite los auriculares dejando estos sobre la cama. Papá comenzó a discutir sin pausa y aquella conversación comenzaba a volverse mucho más incomoda, hice una mueca de asco al escuchar a mi madre.

— Mamá por favor, esta conmigo aquí. No iba a estar haciendo esas cosas aquí. Puag...

— Si, si tienes razón. Lo siento. – Rodé los ojos. Nuevamente la casa comenzó a sacudirse, cerré los ojos y solo reaccione ante la tonta reacción de nuestro padre.

— Ay no puede ser, el jardín quedo destruido. – Golpee mi frente. – Judy llama a la compañía, se quemo un transformador. El poste de luz esta despidiendo chispas. Mira eso, se arruino el jardín. Quedo ¡Destruido!

— Dinos la verdad, te oímos hablando y no era la voz de tu hermana. – Menciono mamá, solo nos encogimos de hombros, gire la vista viendo a Mikaela salir de su escondite.

— Hola... soy Mikaela. Soy amiga de Sam y Sami.

— Uy que bonita estas. – Dijo mi madre, rodé los ojos. – Que pena que hayas escuchado nuestra pequeña conversación...

— Mamá ¿Viste la mochila de Sam? – Pregunte con una sonrisa.

— Ah si esta en la cocina.

Apenas mamá dijo eso Sam salió corriendo de su habitación para poder buscar la mochila, yo por mi parte le hice unas señas a Mikaela para que me siguiera. Todo esto nos estaba pasando la cuenta. Llegamos a la cocina y gracias a todos los dioses la mochila efectivamente estaba ahí, Sam saco los anteojos, nos indicó distraer a nuestros padres mientras el se iba al jardín para dárselos a Optimus. Avanzamos hacia la sala donde un montón de hombres de traje estaba interrogando a nuestros padres, observe por la ventana viendo a estos por todos lados, creo que ahora si estamos en problemas, con Sam nos quedamos mirando antes de continuar avanzando.

— ¿Qué sucede? – Cuestionamos al mismo tiempo.

— ¿Cómo están hijos? Son Sam y Sami ¿No?

— Si...

— Tienen que acompañarnos.

— Esto ya es demasiado. – Dijo mi padre mientras se ponía frente a nosotros de igual forma mamá.

— No, no, no. No se van a llevar a mis hijos.

— Lo estoy pidiendo de buena forma... - fruncí el ceño ante lo desagradable de su rostro. – Permítanos.

— No se los llevaran, no señor.

— ¿Se nos va a enfrentar?

— No, pero llamare a la policía, porque hay algo muy raro en todo esto.

— Mas bien algo raro sobre usted, sus hijos, su perro tacobell y la operación que tienen armada aquí.

— ¿Qué operación? – Cuestiono mi enojado padre.

— Eso es lo que vamos a averiguar. – Un segundo hombre avanzo susurrándole algo al tonto de cabello rizado.

— Niños acérquense por favor.– Menciono este mientras avanzaba hacia nosotros con esa maquina, apenas la paso cerca de nosotros esta comenzó a sonar emitiendo un sonido molesto. –Quietos. - Menciono mientras su expresión cambiaba. – 14 ratz ¡Bingo! Atenlos y empáquenlos. 

 

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Witwicky TwinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora