T5: XIII

693 70 3
                                    

1/2

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

1/2

Viviane me ayudo a regresar a la cabina y con ayuda de Cade terminaron por curar ese pequeño golpe en mi frente que había sangrado mas de lo normal. Los minutos avanzaban y no teníamos señales del lunático de Cogman. No puedo creer que se haya lanzado como un torpedo fuera del submarino o tal vez se dio cuenta de que esto es una locura y no tiene sentido continuar. Pero no paso mucho para que el regresara, observaba de reojo como alistaba las cosas para una cena, aunque creo que es una cena para dos porque solo había dos platos en la mesa. Y yo soy el mal tercio en esta situación.

— Disfruten la cena.

— Sami puedes acompañarnos, esto no es una cena romántica. – Menciono Viviane.

— Descuida, no tengo hambre.

— Pero me dijiste que... - Le dedique una sonrisa antes de alejarme lo suficiente para darle espacio. - ¿Porque actúa así? – Escuche a esta desde el otro lado. Esperaba que Cade no abriera la boca.

— No ve a su esposo hace demasiado. estas cosas supongo que le hacen recordar la familia que perdió. La entiendo, también estaría mal si no puedo estar con la persona que amo. Sami no la ha pasado bien, ha perdido más que yo.

Lleve mis manos a mi cabeza antes de continuar mi camino. No quería que sintiera lastima por mi, pero tampoco ayudaba demasiado al mostrarme así. Estaba dolida y molesta con el mundo. Había perdido tanto y una parte de mi vida se había solucionado con la llegada de Izabella, pero ahora ella estaba al otro lado del mundo y no tenia ni la menor idea de como se encontraba. No tenia como comunicarme con ella ni con Jazz. Cade tenia razón, ese tipo de cosas solo me hacían recordar lo mucho que extrañaba a mi familia, lo mucho que anhelaba tener esas citas románticas con él. No pude evitar sentir nostalgia al recordarlo mientras me sentaba junto al cristal viendo el infinito océano azul rodearnos. Comencé a tararear una de las canciones que solía escuchar con Jazz cada que me sentía de esa forma, talking to the moon, por alguna razón esa canción siempre lograba hacerme llorar como una magdalena.

— Tenga mi lady. No se quedará sin comer algo. – Esboce una sonrisa. – mi amo me ha dicho que usted es excepcional. Que ha cuidado de los Transformers por muchos años.

— Son mi familia. Y gracias por la comida Cogman.

— No hay de que. Le serviré en lo que necesite.

Para ser comida preparada por un robot extraterrestre sin sentido del gusto, esto no estaba nada mal. Al contrario, era un manjar y podría disfrutarlo en otras circunstancias. El se quedo a mi lado haciéndome compañía, asegurándose de que comiera hasta el ultimo bocado de lo que había traído para mi. Pescado fresco, algo que no se tiene todos los días y yo me comí todo. Los minutos pasaban y seguía sin tener señales de lo que estábamos buscando. Al menos eso creía, no paso mucho para verla, ahí bajo nosotros una enorme nave alienígena. Cade y Viviane no tardaron en unirse y estaban igual de sorprendidos que yo. Esto era mas de lo que podía imaginar.

— Son los primeros en ver esta nave desde el oscurantismo. Su talismán es la clave para echar a andar la nave. – Las luces de la nave comenzaron a activarse de a poco.

— Ellos saben que estamos aquí. – Una compuerta se abrió dejándonos el paso libre para adentrarnos en la nave.

Me quede en ese lugar un momento, observando y analizando toda esa nueva información. Dudo que alguien me crea, pero me conformo con guardar memorias de una de las aventuras mas desquiciadas de mi vida. El agua comenzó a descender y esa era la señal para nosotros salir del submarino. Cade se adelanto para ir antes. Me detuve al tener a Cogman delante de mi que termino por darme una chaqueta nueva y una gorra de lana. De mala gana tome estas para poder cambiarme, no me iba a quitar la bufanda aun cuando este intento quitármela en mas de una ocasión. Lo amenace con dispararle si se atrevía a ponerle una mano encima. Al salir alce las cejas al ver a Bee que al parecer había viajado afuera. Bueno las ventajas de no necesitar respirar.

— ¿y ahora que?

— Usted es el ultimo caballero. Es el hombre especial del conde. Descífrelo usted. – Viviane termino saltando al agua. Negué un poco antes de indicarle a Bee que me ayudara a bajar. Con cuidado me tomo para dejarme en el agua.

— Oh mierda. Esta fría

— Yo no entrare al agua, mis engranes podrían oxidarse y arruinarse. – Solté una risa luego de que Bee lo empujara. – ahora ambos están en mi lista negra.

Con mi arma en mano comencé a avanzar tras ello vigilando que nadie se nos acercara por atrás. Mientras avanzaba a duras penas por el frio. Me seguía preguntando como es que nadie encontró esto antes, una nave de cientos de años y de gran tamaño en el fondo del océano y nadie dio con ella. Agradezco que los Decepticons no estén aquí, aunque debería quedarme callada, porque con el historial que tengo, seguramente aparecen en cualquier momento. Finalmente salimos del agua, yo definitivamente no tolero los lugares fríos, necesito el calor de Dakota de regreso. Dios como extraño esa maldita chatarrería.

— Esto es increíble. – Menciono Viviane a lo que asentimos.

— ¿Qué quiere el viejo que hagamos? – Cuestiono Cade antes de encender una de las bengalas. Apenas la golpeo con la roca un pequeño pasadizo se abrió.

— Bee, busca otro camino ¿Sí?

— ¿Es en serio? ¿Crees que quiero terminar aquí?

— Quiere que vayamos por aquí. – Menciono Cade. El lugar era demasiado estrecho y caminar de espaldas protegiendo la retaguardia no era la mejor de las ideas. Con cuidado de no caer avanzaba tras ellos. Pisaba con cuidado, las palabras de Cross llegaron a mi mente y no quiero trampas caza bobos ni desolladoras, ni ninguna de esas cosas que pueden ser mortales para simples humanos.

— Cade no quisiera decírtelo, pero eres muy valiente.

— ¿eso es un cumplido?

— Creo que podrías corresponderme.

— Eso tiene que salir natural. Ah yo fui quien salió primero del submarino.

— Luego se besan. Sigamos.

— No te pongas celosa cielo. – Dijo este para alivianar el ambiente.

Nuestro camino cada vez se complicaba, pasadizos eternos y callejones sin salida y otros que nos llevaban al mismo punto. Estábamos algo perdidos, pero éramos demasiado orgullosos como para admitir que lo estábamos. Después de dar varias vueltas por los mismos lugares, Viviane finalmente dio con el camino correcto, espere a que bajaran antes de lanzarme tras ellos llegando a una especie de santuario con enormes estatuas de viejos Transformers, caballeros de la mesa redonda o eso espero. Aliados y compañeros de batalla. Tal como había dicho Edmund en las historias que nos estuvo contando durante horas. Di un par de vueltas observando ese maravilloso lugar, aunque preferiría que fuera sobre tierra firme.

— Es una tumba. – Dijo Cade.  

Witwicky TwinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora