Witwicky Twins

T3: III

Las puertas del elevador se abrieron, el solo salió corriendo despavorido y yo ahí dentro con un montón de dudas acerca de sus palabras. No sería muy cuerdo seguir a un maniático hacia el subterráneo luego de decir sandeces como esas, pero no se veía muy bien. Me quede un momento quieta antes de presionar nuevamente el elevador para ir al nivel inferior del hospital rezándole a todos los dioses existentes porque no fuera nada malo, las manos me estaban sudando y sentía las piernas como un par de fideos a punto de quebrarse, era una mala idea. Pero he luchado contra seres espaciales, un humano loco no es nada.

— ¿Hola? – Cuestione mientras avanzaba por el frio y oscuro subterráneo. Gire rápido ante ese molesto silencio. – ¿En qué estoy pensando? Estas demente Samantha. – Me sobresalte al verlo aparecer frente a mi viendo hacia todos lados totalmente paranoico. - ¿Señor?

— Ellos vigilan... siempre vigilan. Sh no grite. – Fruncí ligeramente el ceño. – ellos no dejaran que le diga. – Sin más se retorció de dolor cayendo al suelo de rodillas.

— ¿Quiénes son ellos? – Me incline frente a él negándose a que lo ayudara.

— De...Decepticons. – Susurro apenas para mí.

— No se de que habla...

— ¡Si sabe! Escuche, ellos planean algo. atacaran de nuevo, no...no sé cuándo. T...tenga. – Me tendió una tarjeta SD. – T...tiene información, lado oscuro, luna. Recuerde eso. No lo olviden, siempre están observando.

Sin decirme nada más se levantó y salió corriendo a toda prisa. Trague saliva sin entender absolutamente nada de lo que acababa de pasar. Estaba en blanco y solo reaccioné al tener a uno de los guardias de seguridad preguntándome si estaba bien, a lo que solo asentí. Un nuevo ataque por parte de los Decepticons, eso solo significa una cosa, el regreso de Megatron y sus idiotas malvados. Aprete con fuerza la tarjeta en mi mano tenía que entregársela a Lennox, quien diría que tendría que ver a mi ex después de tres años de haberme ido de esa forma y no volver a dar señales de vida.

Pedí un permiso especial con mi jefe, tomando un par de mis días libres para poder viajar a Washington donde estaba la base actual de NEST. Un largo viaje de 10 horas, pero tenía que hacerlo, si esto era importante tenía que dárselo ya a Lennox y en persona, podría enviarla a través de un mensajero, pero esto no puede caer en manos de cualquier persona, menos si se trata de algo importante. Me apresure a llegar al apartamento tomando tan solo lo necesario, algo de ropa limpia y mis documentos, suficiente dinero en efectivo para mi improvisada travesía.

Deje un mensaje a Liz antes de partir hacia el aeropuerto, agradecía que hubiera vuelos disponibles directos hacia Washington, no quería hacer escalas en ninguna parte, entre más rápido acabara con esto. Mas rápido regresaría a mi vida. Mi espalda me dolía, pero valía la pena, llevaba aquella tarjeta asegurada en mi bolso el que no solté en ningún momento, no quería perder tan valiosa información, bueno si es que hay algo. No tuve el valor para revisar lo que había en el interior. Ya no quería seguir involucrándome con asuntos extraterrestres que solo causan mas y mas problemas. En el vuelo las cosas estuvieron tranquilas, pero aun así ese mal presentimiento no se iba de mi cabeza. Por inercia acariciaba las cicatrices en mis manos y brazos, marcas de lo que alguna vez viví. Mismas que intentaba cubrir a toda costa, pues solo me traían malos recuerdos.

Llegué por la noche a la base, rodeada de guardias, me quedé en el interior del taxi por un momento, no quería bajar, no porque tuviera miedo, más bien porque no quería ver la cara de Lennox y revivir todo lo que alguna vez vivimos. Sentí como mi corazón se detenía por una breve fracción de segundo al ver a mi hermano llegar en su auto que termino estrellado en unos pilares, ese viejo camaro que había estado usando desde que nos alejamos de los autobots ahora esta ligeramente alzado. Baje rápido del taxi luego de pagar mi tarifa al ver aquella escena, me apresure a correr para poder socorrer al tarado que estaba a punto de cometer una gran locura. Lograba escuchar los gritos de Sam desde donde estaba. Dios es como una niña haciendo rabieta.

— ¡Sam! – Grité a este mientras intentaba pasar, pero solo fui detenida por uno de esos gorilas mientras los otros seguían apuntando al interior del auto.

— ¡Sami! – Grito este desde el interior del auto. - ¡Suelta a mi hermana! – Dijo este luego de bajar arrojándose sobre uno de los guardias para poder golpearlo. - ¡No te atrevas a volver a tocar a mi hermana!

— Por dios ¡Sam! Ya basta. – Le di un codazo al idiota que me tenía sujeta, me estaba lastimando y al parecer no se estaba dando cuenta de lo fuerte que me estaba apretando. Pero fue mala idea solo termine con el rostro pegado a un pilar. Mi hermano estaba enloquecido y fuera de control, siempre ha sido un raro, pero ahora está exagerando. – te vas a arrepentir cuando Lennox sepa que me golpeaste.

— Si niña lo que digas. – No paso mucho para que nuestro salvador apareciera, bueno dos de ellos. Bee y Jazz hicieron acto de presencia saltando por encima de esos idiotas. Jazz estaba realmente molesto, tomo al guardia que me tenía sujeta arrojando este al suelo.

— Si vuelves a ponerle una mano encima a la chica, te mueres. – Amenazo este mientras se ponía de rodillas frente a mí. – Hola Sami.

— Hola Jazz. – Curve mis labios en una sonrisa antes de apoyar una mano contra él viéndonos directamente a los ojos. Ignore la pelea infantil entre Bee y mi hermano. – qué bueno verte ¿Has estado bien? – El solo asintió. – te extraño Jazz.

— También yo Sami, extraño a mi mejor amiga y escuchar música juntos.

— Tengo nuevas canciones para ti.

— Andando los tres. Lennox quiere verlos. 

¡Capítulo 3 listo! 

¿Cómo creen que será el reencuentro entre Sami y Lennox?

Espero sus opiniones. 

Como siempre darles las gracias por el apoyo. Ya somos #1 en tranformers.

No olviden votar y comentar.

Nos vemos el jueves para el cuarto capítulo.