33. Por la forma en que te mueves (I)

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El cuerpo de Asakura Nobunaga yacía en el piso en un charco de su propia sangre.

Después del ritual correspondiente, ese hombre que había golpeado a la futura bailarina, fue degollado en el sótano del castillo. A pesar de haber suplicado de todas las formas posibles por su vida, asegurando tener información importante sobre su jefe y la organización a la que pertenecía, no tenía salvación.

"Los hombres como él no son más que escoria", piensas mientras observas como la sangre sigue regándose por el suelo mientras te lavas las manos para deshacerte del color carmín que las tiñe. Luego te pones de nuevo el vestido azul pálido de algodón con pequeñas flores rosas, las plataformas y los guantes beige.

Cuando estás lista, Yuichiro baja las escaleras y te sonríe, aunque sus ojos se ven tristes.

–¿Terminaste aquí?

–Sí, vámonos.

Una vez en la limusina camino a Rakuen no Hibi, contemplas el camino a través de la ventana, sumida en tus pensamientos, repasando todo lo que ha ocurrido hasta ahora y el terreno que has cedido con tal de ganar un poco de confianza por parte de Bonten a pesar de que Mikey se mantiene renuente.

Esperabas que al contarle un poco sobre ti, él se acercara pero su actitud fría y casi despreocupada no ha cambiado.

La vida con Kaoru te ha enseñado muchas cosas pero no llegaste a él siendo una completa novata y un par de años de experiencia tratando con todo tipo de hombres, te enseñó cómo piensan y cuán fácil es adivinar sus movimientos, porque al final son criaturas básicas, aunque existen sus excepciones.

Al final es como pescar, sólo es cuestión de lanzar al agua el anzuelo correcto y esperar pacientemente. El problema es que el tiempo es primordial y no hay forma en que puedas quedarte con ellos sin tener al menos un aliado. Quizá es que la idea de ir por Mikey fue demasiado ambiciosa, quizá es hora de cambiar el rumbo y la oportunidad podría estar a tan sólo una semana.

Fue entonces cuando tu teléfono comenzó a sonar con la llamada de Wakasa, preguntando si Kakucho podía acompañarlo esa noche y ¡bingo! No cabe duda de que tienes una suerte particularmente buena para que las cosas se acomoden de acuerdo a tus planes. Esperas que sea una especie de disculpa por parte del destino después de todo por lo que has tenido que pasar.

–Yui, creo que voy a necesitar un vestido nuevo, ¿podrías encargarte? –Le dices sin dejar de mirar por la ventana.

–¿Cuál será la ocasión?

–Un cumpleaños para la próxima semana –respondes con una sonrisa amplia.

–Oh...


Esperabas que al llegar, Wakasa y Kakucho se dirigieran a la sala número cinco y esperaran ahí pero en su lugar, pretendían entrar directamente en tu oficina, por lo que el encargado de seguridad acababa de venir a avisarte que estaban aquí

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Esperabas que al llegar, Wakasa y Kakucho se dirigieran a la sala número cinco y esperaran ahí pero en su lugar, pretendían entrar directamente en tu oficina, por lo que el encargado de seguridad acababa de venir a avisarte que estaban aquí.

Los débiles no sobreviven (Bonten x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora