37. Vas a desear por mí

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Mikey despertó al escuchar el grito de Wakasa. La bailarina que se había acostado junto a él acabó en el piso, ya que al sentir algo desconocido tan cerca, rápidamente la empujó para quitársela de encima.

A un lado, vio a Sanzu confundido con una mujer sobre él y del otro, a Takeomi que se encontraba al borde de su lugar, ambos mirando en la misma dirección, donde ahora estaba Wakasa con una mujer de vestido largo y cabello gris entre los brazos, a la que sólo veía de espaldas.

Frente a todos, Ran escupía sangre en tanto que Rindou lo ayudaba a mantenerse de pie.

-Lo siento, preciosa, no sabía que eras tú.

-¿Qué está pasando?

De inmediato todas las miradas se centraron en él y fue entonces que pudo ver el rostro de Mitsuki que, al intentar mantenerse de pie, se descompuso con una pequeña mueca de dolor y un quejido suave.

-¿Estás bien?- Preguntó Wakasa, mientras la sostenía de nuevo.

-¡Lo siento por despertarte, Mikey! -Levantó la voz Ran. -¡Sólo es una pequeña confusión!

-¿Qué hace ella aquí?- Continuó Mikey hacia Wakasa.

Mitsuki iba a responder pero las palabras se atoraron en su garganta, conmocionada todavía por lo sucedido, Wakasa podía sentir lo rápido que bombeaba su corazón y como se estremecía levemente.

-Yo le dije que viniera -miente Wakasa.

-¿Eh~...entonces sí es un regalo?- Insiste Ran y suelta una carcajada, con lo que Mitsuki le dirige una mirada con malas intenciones.

-Sólo quise pasar a dejar mis felicitaciones -explica ella después de un momento de silencio-, no quise interrumpir...

Mikey suspiró. Luego se levantó y miró a la rubia que seguía en el suelo, a lo que ella de inmediato se giró hacia otro lado.

-Tú, ven conmigo -ordenó y comenzó a caminar para salir del salón, siendo alcanzado por la mujer que caminó tan sólo unos pasos por detrás de él.


Intentaste soltarte de Wakasa, apoyando tu tobillo lastimado una vez más pero sigue doliendo, por lo que un suave quejido se escapa de tus labios y llega hasta sus oídos

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Intentaste soltarte de Wakasa, apoyando tu tobillo lastimado una vez más pero sigue doliendo, por lo que un suave quejido se escapa de tus labios y llega hasta sus oídos. Como consecuencia, su agarre alrededor de tu cintura se vuelve más estrecho.

-¿Me permites...? -Insiste Wakasa, pidiendo tu permiso para tomarte en brazos.

Tensa ante su cercanía y lo atrevido de su propuesta, se te dificulta articular una palabra, así que sólo asientes, luchando para no desviar tus ojos de los suyos.

Wakasa te levanta entonces con tanta facilidad y delicadeza al mismo tiempo, evitando que la falda del vestido deje al descubierto más piel de la que muestra de por sí, mientras envuelves su cuello con tus brazos. Luego te deja con suavidad sobre el sillón donde antes estaba Mikey, poniéndose de cuclillas frente a ti.

Los débiles no sobreviven (Bonten x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora