27. La profundidad del alma de una persona

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Mikey no sabía exactamente por qué pero tenía el deseo de destruirla.

Su vida se había tornado cada vez más monótona conforme Bonten ganaba poder y gracias a la astucia de Takeomi su alcance no hacía más que aumentar y había proyectado que alcanzarían la cúspide más rápido si conseguían las alianzas adecuadas. Fue así como tomaron la decisión de enviar a uno de los ejecutivos a Hong Kong, donde llevaba ya más de un año bajo el mayor secreto posible.

Al ser su carta de triunfo, todo lo relacionado con Hong Kong se mantenía únicamente entre él, Sanzu y Takeomi. Aunque Mikey no pondría en tela de juicio la lealtad de los otros ejecutivos, era una medida para evitar cualquier riesgo, pues la vida de Mochizuki pendía de un hilo al encontrarse sólo en un país extranjero. Si algo salía mal, lo matarían mucho antes de que alguien pudiera llegar para ayudarlo.

Lo que Mikey no podía descifrar era cómo esa información había terminado de todas formas en las manos de esa mujer que ahora se hacía llamar Mitsuki. La duda sobre cuánto sabía y cómo conseguía toda esa información, carcomía los pensamientos de Mikey y le daban una razón más para no poder dormir.

Aquella voz en lo profundo de su subconsciente le gritaba que no podía bajar la guardia por más promesas que ella le hiciera. Sentía la urgencia de mantenerse alejado y a la vez, la intriga lo llamaba, como imanes con ambos polos que por un lado se atraen y por el otro se repelen.

Y ese conflicto era lo que le exigía destruir aquello que no era capaz de entender.


–¿No les hace falta un poco de compañía, amigos?– Dice Yuichiro a modo de saludo tras abrir la puerta de la sala número cinco, encontrándose a los hermanos y Kakucho a mitad de una conversación que no parece importante

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–¿No les hace falta un poco de compañía, amigos?– Dice Yuichiro a modo de saludo tras abrir la puerta de la sala número cinco, encontrándose a los hermanos y Kakucho a mitad de una conversación que no parece importante.

A él lo acompañan cuatro bailarinas en sus sensuales conjuntos de lencería y de inmediato se acomodan alrededor de los de Bonten.

–¿No es mejor así?– Insiste Yuichiro sentándose junto a Kakucho.

–Estábamos bien –responde serio– pero supongo que gracias.

–¡Vamos, Kakucho-san! No pueden venir a un club y no aprovechar la compañía de estas bellas señoritas.

–¡Yui-san~!– Exclaman a coro las bailarinas mientras ríen.

–Sinceramente me sorprende verte aquí, Kakucho-san. Sé de buena fuente que Maboshi no es el tipo de lugar que te gusta visitar.

–¡Así es! –Interviene Rindou. –Kakucho respeta mucho a las mujeres como para sentarse a verlas bailar en ropa interior –dice con ironía y da un trago a su bebida.

–¡Cállate, Haitani! –Protesta el mencionado.

–¡Eres todo un caballero a la antigua, Kakucho-san! –Vuelve a exclamar Yuichiro– Seguro que serás un buen esposo algún día.

Los débiles no sobreviven (Bonten x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora