12. He esperado pacientemente por esto

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Wakasa y Sanzu llegaron a Kuroi Kiri el lunes a las tres de la tarde, según lo solicitado por Yuichiro pues quería explicarles personalmente cuál sería la dinámica para su trabajo como guardaespaldas mientras compartían la comida del día.

En cuanto llegaron, la hostess los condujo a una mesa en un rincón del restaurante alejada de los demás comensales, donde Yuichiro ya los esperaba. Wakasa miró con desaprobación a Haruchiyo, quien no había perdido la oportunidad de mirarle el trasero a la mujer que los había recibido. Tras las formalidades iniciales tomaron asiento, un mesero se acercó y les dejó la carta, dándoles unos minutos para ordenar. Yuichiro pidió escargots de Bourgogne, Wakasa salmón a la mantequilla y Sanzu un filete.

–He de decir que me sorprendió saber que los dos se encargarán de cuidar de la señora Nomura –habló Yuichiro sin dejar de mirar con curiosidad a Sanzu por el cubrebocas negro que lleva puesto–, cuando Hajime-san lo mencionó pensé que tendría un costo extra.

–No iremos los dos al mismo tiempo –explicó Wakasa–, sólo que con tantos negocios por atender, es difícil que alguno de los ejecutivos tenga cuatro días libres seguidos. Por eso decidimos dividir el trabajo.

–Claro, tiene sentido –Yuichiro sonrió–. Aunque la verdad el trabajo es bastante sencillo, la señora Nomura no sale mucho y mientras esté en su penthouse, estará a salvo. Tendrán bastante tiempo libre.

–¿Cuál es el punto entonces? –Preguntó Sanzu con fastidio. – ¿No es mejor que se quede encerrada mientras no estás?

–Desafortunadamente eso no es posible, Haruchiyo-san –le respondió Yuichiro–. Seguro que han escuchado una frase que dice que si quieres que las cosas se hagan bien, debes hacerlas tú mismo... –Sanzu y Wakasa asintieron.– Pues el señor Nomura se lo toma muy en serio, es por eso que mientras él se encarga de los negocios a lo largo del país, la señora Nomura supervisa lo demás aquí en Tokyo. No hay una persona en la que confíe más que en ella.

–¿Más que en ti? –cuestionó Wakasa, ladeando una sonrisa.

–Por supuesto.

–Un hombre que realmente ama a su esposa... –Esa frase le ganó una mirada sorprendida de Yuichiro, una sorpresa genuina atravesó por sus ojos, pero se recompuso de inmediato.

–Seguro que sí –Yuichiro fingió una sonrisa, lo que no pasó desapercibido por Wakasa–. Es por eso que la señora Nomura es quien audita las cuentas de este restaurante, el hotel Rakuen no Hibi y por supuesto el Club Maboshi.

–Para revisar las cuentas no se necesita salir. Lo mismo hace Koko en Bonten –mencionó Sanzu con indiferencia.

–Es cierto pero el Club Maboshi requiere de especial atención, es por eso que la señora Nomura va casi todas las noches. Su trabajo principal será recogerla, llevarla al club y regresarla sana y salva al terminar la noche.

–¿Nos estás diciendo que seremos simples choferes de la mujer de tu jefe? –Sanzu golpeó la mesa con una mano, asustando al mesero que se acercó a dejar los platos de la comida.

–No lo tomes a mal, Haruchiyo-san. Como dije, el trabajo es sencillo. Pero en Maboshi puede volverse impredecible, uno nunca sabe cuándo un cliente puede salirse de control y comenzar a disparar... –Yuichiro rió divertido. Wakasa vio a Sanzu desviar la mirada con enojo y tronar los labios.

El mesero ya había dejado los platillos. Yuichiro pidió una botella de vino blanco Hospices de Beaune Cuvee Menault para acompañar la comida, llenando el mesero tres copas para cada uno de los comensales y retirándose en silencio.

–La señora Nomura es la que se encarga de que todo en el club esté en orden –continuó Yuichiro– su presencia es sumamente importante, si algo se presentara, ella les dirá qué hacer. Además, tiene que entrevistar a dos chicas nuevas para el club esta semana, por lo que hay que llevarlas a Rakuen no Hibi. –finalizó, tomando el primer bocado de su plato.

Los débiles no sobreviven (Bonten x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora