04

1.1K 147 6
                                    

De un momento a otro me sentía preso de una fuerza de mayor, un calor del que si quisiera alejarme no lograría mover ni un solo centímetro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

De un momento a otro me sentía preso de una fuerza de mayor, un calor del que si quisiera alejarme no lograría mover ni un solo centímetro. El beso que me había dado Hyunjin había durado tanto como había podido si no fuera porque tuvo que acercarse el padre de este último para separarlo.

—Despierta de una vez— Había ordenado con voz de alfa a su hijo, como si la gravedad hubiese aumentado de pronto. Un enorme peso cayó sobre mi espalda. — Debes mantenerlo a raya.

Y yo por mi parte solo pude ver como todo aquello pasaba frente a mi sin poder hacer nada. Era simplemente asfixiante.

¿Qué le había pasado a Hyunjin? Cuando el viejo hombre logró nuestra separación creí haber divisado una sensación más grotesca en su mirar. Casi como si fuera una bestia. Un animal. Abrumado llevé los dedos a mis labios hinchados observando como todos se habían quedado de la misma forma que yo. Tenía que ser sincero, aquel beso había encendido muchísimo algo dentro de mí, el oso aullaba ansioso y dictaminaba su orden para yo me lance a los brazos de ese hombre.

Tenía que mantener mucha fuerza de voluntad por mi parte.

De pronto, pude ver a Hyunjin soltar de una forma brusca, casi con rabia, el agarre de su padre y largarse a rápidos pasos de este lugar empujando a quién se le atravesase por el camino. Como el hombre se hubiese convertido en un caótico tornado.

Y así todos posaron su mirada en mí, confundidos por la actitud de mi ahora esposo. Y lo peor es que yo no tenía idea de lo que acababa de pasar.

Yo estaba consciente del poco agrado que le causaba a ese sujeto, era recíproco si es que si quiera ya lo conseguía causar algo en él. No era lógico, sinsentido y abrumado yo me quedé con la mirada perdida por donde su espalda, tan ancha como ninguna, había desaparecido entre la muchedumbre. Con un calor al cual no quería darle nombre. Excitado.

Mis mejillas ardían en vergüenza, había tenido parejas, pero nunca había llegado a nada más por culpa de la sobreprotección de mi hermano así que de solo pensar que de ahora en adelante tenía que responder ante tal gran hombre causaba un cosquilleo en el estómago.

Nuestra unión era vacía, carente de amor y aun así yo era consciente de aquel hecho. Esa pequeña pero pesada responsabilidad que caía sobre mí. Yo debía concebir herederos como cualquier otro matrimonio normal. Era algo importante, más para los lobos al tener como uno príncipe, al alfa Samuel.

Vi como mi madre se acercaba a grandes pasos a mí y me sonreía con sus tristes ojos llorosos.

—Estoy orgullosa de ti, mi pequeño bebé— Susurró cerca de mi cuando me abrazaba. Era como si se sintiese responsable de alguna manera por todo lo que pasaba, a pesar de que sus palabras solo serían un pequeño consuelo antes las que sonarían en voz alta más tarde. —Ahora vamos al banquete.

Y dicho aquello todos comenzamos a movernos sin hablar de lo que había pasado hace unos momentos.

Hasta el padre de Hyunjin se había hecho el tonto.

Wolf a BearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora