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La fría brisa corría aquella mañana más fuerte que nunca y yo me encontraba en la entrada de la ciudad, donde se haya la única gran puerta del muro que rodeaba todo

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La fría brisa corría aquella mañana más fuerte que nunca y yo me encontraba en la entrada de la ciudad, donde se haya la única gran puerta del muro que rodeaba todo. El viento calaba y los preparativos ya estaban casi listos para mi partida.

Allí junto a mi estaba todo el mundo. Mis padres y mi hermano junto con los lobos. Hyunjin parecía encargarse de preparar a la tropa de guerreros que había traído consigo a Gyeop.

Yo observé como éste subía pesadas cajas a una de las carretas de la caravana. Al igual que yo, estaba bien abrigado y preparado para el viaje.

Para llegar a Rurk, la ciudad de los lobos, se estimaron por lo menos dos semanas de un viaje sin descanso. Y para mi pesar, sin retorno. Era una estipulación basada en caso de no haber problema alguno, una gran caravana fue preparada y las tropas traídas por el rey serían nuestro resguardo del peligro ajeno.

Suspiré viendo cómo se materializaba el humo en el frío. Mi madre se acercó, tras ella venía mi padre y mi hermano.

Les sonreí. A pesar de todo era mi familia.

—Los voy a extrañar un montón— Dije escuchando como mi voz cedía un poco ante una triste despedida. Quién sabe cuándo nos volveremos a ver.

La bella reina cedió. —También yo mi bebé, también yo— Mi madre me dio un fuerte abrazo al cual se unieron mi padre y Min-Joon.

—Estoy orgulloso de ti mi cielo— Había susurrado el anciano rey.

—Nunca olvides donde perteneces Félix, eres un oso pura sangre, y éstas son tus raíces— Mi hermano dijo fuerte y claro.

Yo estando dentro de aquel gran abrazo solo pude sonreír sintiendo como unas lágrimas traicioneras caían por mi rostro.

—Os quiero, por favor ir a visitarme cuando la guerra acabé— Pedí con dolor en la garganta.

Nos quedamos unos segundos quietos hasta que la voz del rey In-Su hizo que nos separáramos, yo pasé rápido mi antebrazo sobre mis ojos limpiando las pocas lagrimas que solté.

No podía verme débil ante nadie a partir de ahora.

—Estamos listos para partir— Exclamaba el viejo hombre mientras Hyunjin también se unía a nosotros.

Mi padre estrechó su mano con los dos. —Fue un honor unir fuerzas con la magnífica tribu de los lobos rey In-Su.

Yong-Sun se le vería feliz, complacido. —Nosotros nos sentimos de la misma manera, estoy contento de haber tenido a un gran esposo para mi hijo como lo es Félix, estoy confiado que él y Hyunjin llevarán Rurk a la grandeza— Yo me cohibí ante este último comentario. —Tan pronto como pisemos tierra de lobos, organizaré las tropas que estarán bajo su mando en la guerra.

Mi padre asintió y nos separamos. Yo miré a Hyunjin quien me esperaba en silencio.

—¿Vamos?

Wolf a BearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora