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Cuando desperté, no me encontraba entre los brazos de Hyunjin

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Cuando desperté, no me encontraba entre los brazos de Hyunjin.


Como si nunca hubiese entrado al cuarto, miré el lugar vacío en la cama junto a mí. Algo en mi pecho pesaba, ¿tal vez dolía? No lo sabía muy bien, eran cosas que no entendía, el haber salido de las cuatro paredes de mi territorio fue como si mi mundo se reiniciara, todo era nuevo para mí, hasta mi extraña relación con Hyunjin.


¿Qué pasaba con él?


Somnoliento me levanté, el sol estaba saliendo y no podíamos retrasarnos en nada, rápido me alisté para salir. Ya abajo pude encontrarme con todos, y con todos también incluía al lobo. Intenté que nuestras miradas se cruzaran, pero él parecía evadirme, fruncí el ceño.


—¿Vamos?


Seungmin quién estaba al frente del grupo habló comenzando a caminar. Todos rápido le seguíamos, mi esposo, al contrario de mí, iba adelante también ya que nos guiaba en el camino. Me era difícil acercarme, por lo que esperaría paciente a que estuviésemos solos, yo era una persona que no podía guardarme nada, así que ese alfame iba a escuchar.


Para mala suerte mía, por algún motivo la noche nos alcanzó y no había ni señales de algún pueblo, rápido buscamos lo necesario para encender una fogata y asentarnos en un lugar óptimo para dormir, en lo que cabe de "óptimo" dentro de un bosque. Por medio de un extraño juego que Minho se inventó, decidimos el orden de los que montarían guardia hoy.


Les había tocado a Hyunjin y a Jisung.


Estaba molesto y es que aún no conseguía hablar con él, cada vez que intentaba acercarme buscaba una excusa para rehuirme, y eso me picaba. Rendido me fui a dormir cerca del montículo de fuego que habíamos encendido hace poco, junto a mí se sentaba Seungmin, con el que poco y mucho había conversado y es que, ¿qué se le puede preguntar a un elfo de 387 años? la línea de lo que se puede y no preguntar a un ser así era demasiado angosta, moralmente.


Parecía cansado, pues no hizo mucho luego de caer rendido al sueño. Era gracioso, donde yo estaba sentado era pasto normal y podría decirse casi sucio, pero donde él dormía, la flora parecía crecer, como si el tiempo pasase a prisa, hasta podía jurar que el pasto era más verde de su lado.


Efímero, sentí una sensación familiar, pero no en el buen sentido.


Rápido me giré a ver en dirección al pueblo, mi vista fijada en la oscuridad del bosque, lo sentía, alguien me estaba mirando hace un momento, como la otra vez. Un escalofrío me recorrió el cuerpo.

Wolf a BearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora