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Felix yacía sobre una mullida cama, su rostro parecía estar tan tranquilo como si estuviese durmiendo, de un sueño donde no despertaría

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Felix yacía sobre una mullida cama, su rostro parecía estar tan tranquilo como si estuviese durmiendo, de un sueño donde no despertaría. Aparté mi mirada con dolor. El elfo llamado Seungmin había terminado de sanar por completo su cuerpo, no tenía ni siquiera un leve rasguño dando la sensación de que nada le había pasado, pero él aun así no despertaba. Como si de un sueño eterno se tratase.


Miré alrededor. La pequeña casa de madera y flores daba una sensación de estar dentro de un árbol, animales se acercaban curiosos a los intrusos. Con un suspiro me senté no demasiado lejos de la cama, en unos asientos de la mesa vieja puesta en un rincón de la habitación. Escuchaba en el cuarto de al lado sonidos de platos chocar unos con otros. Era el elfo.


—Espero que pueda despertar pronto— Jisung que miraba apenado a Felix, se sentó en unos de los asientos de la mesa.


—Bueno, es que igual y le han dado la paliza de su vida— El pelinegro lo secundó. El castaño lo fulminó con la mirada.


Yo me centré en él primero, cabello negro, ojos cafés y una cicatriz en un costado de la mandíbula. —¿Qué hace el tercer príncipe de los tigres tan lejos de su pueblo? —Pregunté serio. El aludido, que se encontraba molestando a su compañero, me miró cambiando su semblante.


—Podría preguntar lo mismo. —Respondió— La tierra de los lobos está mucho más lejos que la de los tigres.


—Me he casado.


—Pues felicidades.


Y ahí murió la conversación. Jisung que miraba todo callado decidió abrir la boca.


—Minho se ha escapado de casa.


El nombrado resopló. —No me he escapado, dejé una carta diciendo a donde iba. —Se cruzó de brazos.


—"Me voy con el amor de mi vida no me busquen" El rey debió haber tenido un ataque. — El omega reclamaba. —Ese pobre hombre debe estar odiándome.


Minho sonrió. —Al menos reconoces que eres el amor de mi vida.


El castaño abrió la boca ofendido.


—Yo...— Interrumpí su discusión, mi mirada estaba sobre la mesa, angustiado. —...Quiero agradecerles todo lo que hicieron allá afuera con mi pareja.

Wolf a BearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora