40

479 71 5
                                    

Sentí como un brusco empujón me separaba del cuerpo ajeno, fue bruto y sin cuidado, lo sabía ya que en mi boca podía saborear la sangre ajena

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sentí como un brusco empujón me separaba del cuerpo ajeno, fue bruto y sin cuidado, lo sabía ya que en mi boca podía saborear la sangre ajena. Yo quería morirme ahí mismo, comencé a sentir fiebre y mis ganas de llorar aumentaban.


Min-Joon se quejaba de dolor y ya veía por qué, la polera que llevaba encima estaba toda rasgada mostrando así una gran marca de mordedura, una que yo había hecho hace nada. Las pequeñas manchas de sangre detonaron el hecho de doler un montón.


—Perdón— Susurré casi en un hilo, mi garganta ardía y mi rostro quemaba. Él solo me miraba más que sorprendido.


Pude ver como rápido se levantaba y de paso me ayudaba a mi tomándome de los hombros.


— Mas rato tendrás que pagarme lo que me has hecho perro tonto— Se quejó, pero su semblante no se veía molesto, más bien era como si de preocupación se tratase. —Y vaya que duele como la mierda, pero eso no es el asunto ahora, habla Jeongin, ¿Estás en celo?


Bueno, sería bastante estúpido como para no notarlo, nadie te saltaría al cuello de la nada.


Así que no me contuve más, mis lagrimas salieron, sentía que si daba apenas un paso más volvería a caer de bruces al suelo. Y las malditas manos del estúpido oso que se mantenían aferradas fuertemente a mis brazos se sentían tan bien, como si fuese el tacto más cálido del mundo. Me derretía.


Con la vergüenza a mil me cubrí la cara con las manos —¿Que no es obvio?


Y de ahí solo escuché un fuerte suspiro, se oía bastante frustrado, a decir verdad. Sin esperarlo siquiera en tan solo segundos las manos del chico me abandonaron, pero antes de yo moverme un centímetro siquiera de nuevo me tomaron, pero esta vez me levantaron, mis pies ya no tocaban el suelo.


Abrí los ojos sorprendido.


—¡¿Qué haces?!— Y es que si mi dignidad no podía caer más bajo aquel acto lo hizo, Min-Joon se había atrevido a tomarme en brazos de forma muy vergonzosa, como si de una princesa se tratara.


Era obvio que yo no me quedaría quieto, a pesar de que estar en sus brazos se sentía muy bien yo me opuse. Trataba de soltarme, no importaba si caía al suelo como un saco de papas, yo no quería que él me llevase. Aun así, se me fue imposible, el muy desgraciado si que me tenía afirmado con fuerza.


—Con un demonio Jeongin quédate quieto— Gruñó sin mirarme ya que se había dedicado a caminar a rápidos pasos a quien sabe dónde— Te aseguro que ganas de tirarte por la ventana no me faltan.

Wolf a BearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora