07

951 140 2
                                    

En cuanto giré en una esquina de aquel callejón suspiré aburrido, era obvio que era lo que pretendía aquel hombre conmigo, más no tuvo mucha suerte en elegir a su víctima

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En cuanto giré en una esquina de aquel callejón suspiré aburrido, era obvio que era lo que pretendía aquel hombre conmigo, más no tuvo mucha suerte en elegir a su víctima.

Alcé la vista analizando cada detalle de aquel callejón, era un espacio amplio y cerrado con delgados túneles que conectaban seguramente a otras calles principales o fuera de aquella cuadra.

Sentí como el hombre me empujaba haciendo que diera unos torpes pasos dentro de aquel espacio. Era la ratonera adecuada para éste tipos de acciones, literal era el patio trasero de varias construcciones de dos pisos o más, miré con desdén al tipo. Por fin vería su cara. Cuando pasó el incidente casi de inmediato descubrí que mi asaltante era un beta, pues no poseía aquel aura dominante que los definía a aquel género.

Él no podría averiguar si soy omega en este caso.

Sonreí notando que por aquel empujón se había creado una prudente distancia entre los dos.

— ¿Qué te hace tanta gracia? — La voz de aquel hombre resonó fuerte en el lugar.

No le respondí. Tenía que tomar más distancia con él para averiguar cómo salir de ésta, estaba seguro que el hombre poseía más de un arma por lo que debía tantear terreno, lo bueno a mi favor es que éste tipo estaba solo.

Y yo claramente no era un omega indefenso, fui criado de la misma forma que mi hermano, listo para actuar si decidían atacarnos.

El hombre sonriente jugueteó con el cuchillo que poseía en susmanos.

—Supongo que no dices nada del susto, pobre lindura—Se burló mientras posaba sus ojos en mí. — No puedo oler tu aroma pero suponiendo que no te has puesto a llorar ni entrado en pánico debes de ser un beta, ¿no?

Le sonreí sin responder todavía y puesto que aquello no le hacía mucha gracia decidí ponerme en posición de ataque, era fácil acabar con alguien así sin sacar mi forma animal y siendo sincero no quería sacarla ya que por muy grande sea el lugar no era suficiente, y eso me tendría en desventaja.

—Debes estar muy confiado como para pensar que puedes ganarme sin un arma— El otro gruñó— Tenía pensado quitarte todo lo que llevas encima y dejarlo así por las buenas, pero viéndote bien parece ser que mejor saque buen provecho de ti— Sonrió de una manera tan repugnante que me hizo fruncir el ceño.

Antes de que el otro pudiese reaccionar, yo ya estaba frente a él esquivando su ataque con la navaja dando un fuerte golpe en su estómago, y sin detenerme a esperar como procesaba el golpe, llevé mi mano rápido a la muñeca del otro, donde tenía el arma. La retorcí de tal manera para que el objeto filoso cayese al suelo, de una rápida patada lo mandé a volar lejos de los dos. Escuchaba sus gritos de dolor más eso no era importante ahora, todavía me faltaba inmovilizarlo y quitarle cualquier cosa peligrosa que llevase encima.

Pero en cuanto estuve por tenerlo en el suelo sentí un gran golpe en mi estómago que me hizo perder el balance y caer lejos al piso.

Abrí la boca soltando un grito ahogado, llevé mi mano donde ardía y zumbaba el dolor. Parece que se me había roto una costilla. Escupí un poco de sangre a mi lado.

Wolf a BearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora