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— Has sido una vergüenza para la familia de Jiyeok— Una mujer alta y esbelta, rodeada de grandes joyas que solo enriquecían su belleza me miraba desde su trono

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— Has sido una vergüenza para la familia de Jiyeok— Una mujer alta y esbelta, rodeada de grandes joyas que solo enriquecían su belleza me miraba desde su trono. Sentía el frío emanar de ella, distinta a lo que uno puede entender por concepto de madre.


Hermosa y felina como ninguna ella era la reina del clan de los tigres un alfa superior por excelencia, a diferencia de los otros, esta mujer mantenía a todo el pueblo sobre sus hombros, era lo que podía llamarse un verdadero monarca.


Lee Yeong-Dae de Jiyeok era mi madre, esa misma mujer me taladraba con su mirada llena de rencor y decepción.


—Es un alivio que Jisung te haya traído de vuelta a tiempo— Mi padre el rey, se sentaba en su trono junto a la felina mujer. —¿Sabes el desastre que habría sido si dejabas a tu prometida en el altar?


Yo los miré, el enfado y la impotencia me carcomían por dentro, de no ser por mí no hubiera vuelto jamás a este lugar pero no podía, no podía abandonar a Jisung quien amaba a este clan, desvié mi mirada al hombre que yacía cabizbajo a mi lado.


Yeong-Dae sonrió —Gracias por traerlo a su boda... —pausó— ...Jisung—El deje sarcástico de las palabras de aquella mujer causaron escalofríos en mí.


Ella sabía muy bien de nuestra relación, más nunca fue aprobada ni aceptada, lo que más me enfurecía es que su opinión fue tan pesada e importante para el omega. Gruñí.


Las palabras que grabé a fuego en mi memoria me embriagaban como fríos golpes en el corazón. Jisung no iba a ser aceptado nunca por la familia real por su sangre.


—He hecho mi trabajo— La voz, acongojada del chico de cabellos castaños sonó— ¿Puedo retirarme?


Los reyes habían asentido, pero yo lo detuve con mi mano. —No te atrevas a escapar. — Escupí sin quitar mi mirada de los ojos de esa fría mujer. —Es hora de hablar las cosas y dejar en claro que ese matrimonio no podrá ser.


La fuerte e imponente voz femenina rugió.


— Tu boda con la alfa Kim Minju de Weilseu es un hecho Minho, tu relación con Jisung debe terminar— Sentenció.


Yo alcé la voz— No tienes el derecho de hacerlo— Di un paso adelante sin soltar la mano del omega a mi lado— Nosotros nos amamos y ustedes mismos lo han aceptado como uno más en la familia real, ¿por qué no aceptas nuestro amor? — Cuestioné, sentía como la mano de Jisung temblaba. Él solo mantenía la cabeza gacha y aunque no lo estuviese viendo sabía que lloraba.

Wolf a BearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora