✦ Capítulo 18 ✦

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18|| Alguien se ha robado el aire, y necesito una dosis para no desmayarme.||

"I love it - Icona Pop"

Vale, vale, se que me van a matar, pero tengo una explicación. ME QUEDÉ SIN LUZ, cosas del tercer mundo, pero aquí tienen el capitulo... y también el 19 para cubrir mi tardanza, no olviden comentar TODO lo que quieran.

Davinia:

Las discusiones con mi padre eran lo peor que me podía pasar a mitad del día, porque después de ellas, no me quedaban ganas de hacer absolutamente nada.

Aunque, a decir verdad, si sucedían por la mañana, era peor, y las noches contaban como una tortura lenta para mi salud mental; lo cierto es que no existía un horario adecuado para una discusión.

En cualquier momento, no importase si la esperara o no, me resultaba igual de difícil y doloroso. Era como si toda la energía se me escapara por los oídos, y el aire me drenara hasta dejarme incluso sin fuerzas para caminar.

El trayecto a casa fue demasiado difícil, en especial porque estaba tratando de aguantarme las ganas de llorar por una situación, que no paraba de repetirse.

Llorar nunca había sido un problema, podría hacerlo hasta en el baño, sin motivo, simplemente hacerlo por hacer.

Pero cuando la razón era él, por los problemas que teníamos, por la frustración acumulada, por querer odiarlo y no poder, por pensar que no era lo suficientemente justa con su dolor... era demasiado con lo cual lidiar a los diecisiete, y definitivamente no se sentía más sencillo con casi veinte.

Los años seguían pasando, y el problema parecía estancado, sumergido en un pozo sin polea por la cual tendría que bajar un balde. No había soluciones alrededor.

No había nada.

El móvil comenzó a vibrarme en el bolsillo del pantalón, y aunque tenía cero ganas de hablar con mi hermano, no dejaría de llamar hasta que le cogiera la bendita llamada.

Porque así de insistente e impertinente era ese hombre.

—¿Vina?

—¿Qué necesitas, Leo? —Escuché el suspiro del otro lado de la línea, y me detuve frente a una banca para tomar asiento, al menos no me pondría a llorar mientras caminaba como en una maldita película—, habla, sé que te ha llamado, ya te voy avisando que sermones no necesito.

—¿Por qué pelearon ahora?

—No te preocupes Leonardo, el no peleo, yo lo hice. No sé ni por qué ocupas el plural, sabemos que la culpable siempre soy yo.

—Vina, no digas eso...

Podría parecer que me estaba victimizando, y en parte quizá lo hacía.

Pero lo único que quería, es que mi padre dejara de actuar como si la muerte de mamá no significara nada. Como si dos años hubiesen sido un paseo por la pradera para él, cuando ambos sabíamos que le dolía hasta la punta del pie.

Sonaba a que intentaba cuidarlo, cuando se suponía que la situación tendría que ser al revés.

Pero así eran las cosas.

—¿Podemos dejar de ser hipócritas por un momento, Leo? Estoy cansada —Fue casi una súplica, quizá mi hermano tenía muchos defectos, y probablemente también la había cagado enormemente con mamá.

Pero, aunque fuese mi hermano, no tenía el derecho de echarle nada en cara, tampoco era mi deber hacerlo. Creía firmemente, que todas las personas que habitaban el planeta, estaban muy conscientes de sus actos (buenos o malos), nadie tenía el poder de recriminarte por algo que solo tú sabías cómo se sentía.

Cruza la línea.  (Del uno al diez) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora